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Beatriz Montañez esprinta hacia el Pulitzer
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Nacho Gay

Carta de Ajuste

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Beatriz Montañez esprinta hacia el Pulitzer

Yo siempre he sido partidario de la silicona. Mucho. Casi tanto como Beatriz Montañez. Soy fan de las leyendas urbanas sobre el tema. Me encantan las

Foto: Beatriz Montañez, una de las presentadoras de 'Hable con ellas', en un montaje con Pablo Iglesias (Vanitatis)
Beatriz Montañez, una de las presentadoras de 'Hable con ellas', en un montaje con Pablo Iglesias (Vanitatis)

Yo siempre he sido partidario de la silicona. Mucho. Casi tanto como Beatriz Montañez. Soy fan de las leyendas urbanas sobre el tema. Me encantan las historias de las biólogas a las que les explotan los pechos en un puente aéreo y las de las señoras que enloquecen de repente porque los brebajes se les acaban subiendo a la chopera. Yo soy muy partidario de lo artificial, así, en general. Casi tanto como Beatriz Montañez.

Pero no, no voy a hacer leña del árbol caído, porque la pobre Beatriz ha sido esta semana el punching ball de toda la familia tuitera a cuenta de la entrevista que le realizó el lunes al bueno de Bertín Osborne. Yo la voy a defender. Porque hay que tener cierta clase de algo parecido al talento, algo que sin duda no está en la RAE, para conseguir que Bertín, que es un tío así como rural, dé el pego tras una entrevista como el socio número 1 del Café Gijón.

Lunes. Plató de Hable con ellas. Montañez y el resto de las Chicas de Oro versión 3.0 conversan con Osborne. Una entrevista interesantísima. La audiencia haciendo la ola...

La metodología del espacio es simple. Cuatro tías –antes eran cinco, pero una se ha dado de baja por depresión– se sientan en torno a un personaje muy interesante, siempre de rabiosa actualidad, como Bertín. Entonces cruzan las piernas rozando el suicidio muscular y preguntan lo que se les va ocurriendo. “Oye, tú que cantabas rancheras… ¿qué piensas de Pablo Iglesias?”. Todo de este palo, muy coherente.

Bertín, que es como el álter ego silvestre de Norma Duval, aquella musa de Aznar hoy trágicamente divorciada y arrejuntada, se llevó el tema a su terreno. Su mujer es venezolana y tiene feedback. Así que le metió al líder de Podemos por defender el chavismo. Y entonces Montañez hizo suyas todas las leyendas urbanas de la silicona.

Dos frases de Bea para el recuerdo. Primer zas: “Venezuela es una democracia, otra cosa es que eso se aplique”. Segundo: “Me gustaría que Pablo Iglesias estuviera viendo esto, que lo dudo”. La máxima sobre Venezuela tiene mucha lógica silogística. Porque sí, pensar antes de hablar es recomendable, pero otra cosa es que eso aplique. La otra es una declaración de principios: “Trabajo en este programa indigno de ver, pero trabajo”.

Esa es la clave de todo. Porque Montañez, que antes era un sayón más de Wyoming, renegó de la primera oferta que le hizo Vasile, presentar el debate de Supervivientes, porque era demasiado poco para ella. Aceptó el segundo de los ofrecimientos porque aspiraba a más. A entrevistar a Bertín Osborne, supongo, lo que le pone en cabeza en la carrera por el Pulitzer de este año. Desde entonces viste su desgracia con aires de intelectuala. Invita a su chiringuito a Alberto Isla, pero finge no saber quién es Chabelita. Es triste, piensa Montañez, entrevistar al novio de la hija adoptada de la Pantoja para poder comer. Quizá. Pero, sin duda, lo es mucho más negarse a uno mismo.

Eso sí, siempre hay vidas más tristes. La mía, por ejemplo, que me gano el pan escribiendo de Beatriz Montañez. Eso sí que es para meterse un chutazo. De silicona, incluso. Y que me exploten los pechos si hace falta. Pero, por favor, que no me suba tanto a la cabeza como a otras.

Yo siempre he sido partidario de la silicona. Mucho. Casi tanto como Beatriz Montañez. Soy fan de las leyendas urbanas sobre el tema. Me encantan las historias de las biólogas a las que les explotan los pechos en un puente aéreo y las de las señoras que enloquecen de repente porque los brebajes se les acaban subiendo a la chopera. Yo soy muy partidario de lo artificial, así, en general. Casi tanto como Beatriz Montañez.

Beatriz Montañez Bertín Osborne Telecinco