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Las bodas de Kiko Matamoros, Jaume Matas y los Botín vistas por Buñuel y Berlanga
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Nacho Gay

Carta de Ajuste

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Las bodas de Kiko Matamoros, Jaume Matas y los Botín vistas por Buñuel y Berlanga

En una finca madrileña, Matamoros se casa a las siete de un viernes. Menos de 24 horas después, Jaume Matas se viste de padrino, más padrino que ninguno (by Coppola), mientras la familia de banqueros más famosa se da un festín que ni el de Babette

Foto: Ilustración realizada por Jate para Vanitatis
Ilustración realizada por Jate para Vanitatis

Me despierto vago y legañoso y me encuentro de bruces con una frase de Gandhi en mi tablón de Facebook. Una máxima crepuscular sobre el esfuerzo, la superación y ese tipo de abstractos tan importantes en la vida. A Mark Zuckerberg hay que agradecerle muchas cosas, pero la fundamental de todas ellas es la de haber sintetizado como nadie, en el espacio que ocupa una pantalla de móvil, por ejemplo, la infinita estupidez humana. Los chavales tunean sus fotos semidesnudos y en clave morritos con la bandera gay o virándolas al blanco y negro como señal inequívoca de solidaridad con las víctimas de este u otro atentado terrorista y gente que probablemente cree que Schopenhauer es una marca de electrodomésticos comparte sus aforismos muy bien editados en formato postal.

España a través de las redes sociales.

Enciendo el televisor de mi cuarto con la esperanzadora y firme intención de encontrarme a mucha gente al otro lado de la pantalla que ha leído esta mañana la frase de Gandhi y que se está esforzando desde bien temprano para construir un mundo mejor. En 'Espejo público' entrevistan a De Guindos, un hombre del que intuyo de inmediato no tiene Facebook, así que cambio de canal. Aparece entonces Rita Barberá. Ella es sin duda la demostración palpable de que las frases de Gandhi siempre cundieron el mismo efecto digamos viral. En imágenes de archivo, la mujer aparece desatada, pero sin perder nunca su inherente feminidad, arrojando petardos a los pies de unos señores a los que había invitado previamente a su finca particular (Valencia). En Antena 3,un señor muy tieso llamado Nacho Abad bate el récord mundial de apnea en directo al permanecer durante 45 minutos consecutivos hablando del caso de Diana Quer sin respirar. Y en Telecinco… En fin, que ya ha muerto Gandhi, ¿no? Pues eso y viceversa.

España a través de la pequeña pantalla.

A media mañana, el 'cuore' radiofónico da cuenta de la actualidad del fin de semana, que viene marcada por tres grandes citas con el matrimonio, o lo que queda de él. En una finca madrileña, Kiko Matamoros toma la mano de una señora muy fina, de nombre Makoke, ante la atenta y siempre afable mirada de toda la fauna de Telecinco. Eligieron una finca, pero pudo ser perfectamente una granja o un zoo. Las Campos, el equipo directivo y artístico de 'Sálvame'… Todos los 'alguien' de España (al menos para el target 'mujeres, de 35 a 65 años de edad y de clase social baja y media-baja') se habían puesto el tacón.

Foto: Kiko y Makoke en un fotomontaje hecho por Vanitatis

Unas horas después, los adoquines de Palma de Mallorca se estremecen ante la cadencia de paso de unJaume Matasdisfrazado de padrino para la ocasión. El más padrino de todos los padrinos (by Coppola). Los vecinos de la aldea pueblan los balcones para bendecir los fastos matrimoniales de la hija del que fuera su señor y para disfrutar de una boda (dicen que ha costado 60.000 euros) que por supuesto han sufragado ellos.Vuela el confeti entre rumores de caracola y corrupción, mientras una pareja de la Benemérita lleva las arras hasta el altar. Es año de buena cosecha y caen chuzos de arroz en Palma.

Foto: Marta Matas junto a su prometido (Facebook)

Al tiempo, en la pequeña iglesia de un pueblo cántabro de apenas 170 habitantes, Carriazo, un Botín y una Puigse unen en matrimoniopara perpetuar una suerte de raza que le echó un pulso a la aria en el 39 del siglo pasado y lerompió el brazo. En la iglesia entran veinte o treinta banqueros, seis brókeres, cinco congresistas, dos marchantes de arte y al menos un sir. Una señora de Zamora que fue prostituta hasta los 40, pero que hoy cuelga del brazo de un anciano con posibles, capta con su móvil una lágrima en la mejilla de Ana P., la madre del novio, archivando de esta manera en su iPhone la imagen que desmonta un mito:sí, los banqueros españoles también lloran. A pesar de que al repique de campanas respondió una marabunta de aliento burgués, a la hora de la salida hay constancia gráfica de que aquella iglesia solo fue abandonada por corderos.

Foto: Boda en Carriazo en un fotomontaje para Vanitatis

España a través de la prensa rosa.

A las puertas de la iglesia de Carriazo, un tal Luis Buñuel y un señor de apellido Berlanga acaban a tortas porque los dos quieren el material para una de sus películas. Berlanga viene de tomar planos de la Guardia Civil custodiando el bombín de Jaume Matas y Buñuel de Terelu Campos pasando el cepillo de la exclusiva ante los rostros de la indigencia 'telecinquera' (¿Viridiana 2?) en el enlace matrimonial de Matamoros, justo mientras Oscar Wilde, sentado al fondo, le dice al oído a Kiko Hernández: “Solo hay una clase social que piensa más en el dinero que los ricos: los pobres”.

Al sol de Carriazo, Buñuel intenta convencer a Berlanga por todos los medios. Le dice que él ya tiene una película en su filmografía, 'Vivan los novios', en la que analiza a través de un casorio la inmutable España del pelotazo, los tabúes y la podredumbre moral. Finalmente, el segundo da su brazo a torcer y el primero incluye los planos de la salida de los invitados a la iglesia santanderina en una película que creo que se estrena en cines el fin de semana que viene, 'El ángel exterminador', de la cual les dejo aquí el 'teaser trailer'.

España a través del celuloide.

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Me despierto vago y legañoso y me encuentro de bruces con una frase de Gandhi en mi tablón de Facebook. Una máxima crepuscular sobre el esfuerzo, la superación y ese tipo de abstractos tan importantes en la vida. A Mark Zuckerberg hay que agradecerle muchas cosas, pero la fundamental de todas ellas es la de haber sintetizado como nadie, en el espacio que ocupa una pantalla de móvil, por ejemplo, la infinita estupidez humana. Los chavales tunean sus fotos semidesnudos y en clave morritos con la bandera gay o virándolas al blanco y negro como señal inequívoca de solidaridad con las víctimas de este u otro atentado terrorista y gente que probablemente cree que Schopenhauer es una marca de electrodomésticos comparte sus aforismos muy bien editados en formato postal.

Ana Patricia Botín
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