Puntada a puntada se consiguen los sueños

Secándome una lagrimilla por la emoción que me produce recordar, me pongo a escribir estas líneas con las que cada semana intentaré contar algo más acerca de este loco y maravilloso mundo que son las Galerías Velvet.

Me apetece hablaros de los sueños. Me apetecer recordaros que no es una locura pensar que podemos convertir en una realidad todo aquello que imaginábamos de niños una y otra noche acurrucados en el calor de la cama.

Los sueños como los que tenía Ana (Paula Echevarría) que, en una España en la que ser mujer no era lo más sencillo, soñó con volar por encima de telas y patrones y convertirse en diseñadora. No era más que una joven costurera… pero Ana cumplió su sueño. Se ha convertido en la mujer de la moda, en una diseñadora de éxito, una mujer de referencia a la que persiguen fotógrafos y plumillas. Es la mujer del momento porque un día soñó que podía serlo.

Con frecuencia, ver a Ana me hace mirarme en el espejo. Reconozco en ella mucho por lo que yo ya he pasado. Yo también soñaba ser quien soy hoy. Como en el caso de Ana, el camino para hacer realidad tus grandes sueños no fue de rosas… más bien todo lo contrario.

Como si de la confección del más precioso vestido se tratase, los sueños se han ido tejiendo puntada a puntada. Trabajo y tesón. Esfuerzo continuado; sin desfallecer en los momentos difíciles y sin confiarse en los (breves) instantes de éxito.

Ella, ahora, tiene el sueño –el reto- de traer a este nuestro país el 'prêt-á-porter' (¡ni más ni menos!) y, como siempre pasa, Ana se encontrará un sinfín de problemas y obstáculos en su camino. No serán pocos los que, ante su rotundo éxito, estén dispuestos a poner piedras en su nuevo proyecto. Pero seguro que lo consigue. ¡Claro que lo va a conseguir! Porque Ana es una mujer fuerte y con mucho talento que ha aprendido a no venirse nunca abajo y perseguir sus sueños.

Ana es la mujer del momento porque un día soñó que podía serlo

Como lo aprendí yo… y como lo han aprendido todos cuantos un día soñaron en abrir unas galerías llamadas Velvet por las que durante años han pasado millones de personas y que, cierren cuando cierren, habrán marcado un antes y un después.

Por los que soñaron que Galerías Velvet podía ser una realidad, por Ana, por mí… por todos los soñadores… va esta primera columna. Recordad: como un vestido, puntada a puntada se consiguen los sueños.

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