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Nadie dispara como Sam
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María José S. Mayo

La hija del Acomodador

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María José S. Mayo

Nadie dispara como Sam

"If they move, kill´em"  (Si se mueven, matadlos). Vaya manera de empezar una película. Pero poco se podía hacer, porque así se las gastaba Sam. No

Foto: Nadie dispara como Sam
Nadie dispara como Sam

"If they move, kill´em"  (Si se mueven, matadlos). Vaya manera de empezar una película. Pero poco se podía hacer, porque así se las gastaba Sam. No se andaba con rodeos. Al grano, pero sin perder detalle de esas bajadas a los infiernos con las que nos deleitaba. Coreografiaba a la perfección un tiroteo. Y con cámara lenta de la buena, porque la del cine de ahora... No me tiren de la lengua, que me conozco.

 

Al hablar de Sam y de acción seguro que les habrán venido a la cabeza el señor Fuller, que gozaba comenzando sus películas con acción a lo bestia; o el señor Raimi, a punto de estrenar Arrástrame al infierno y con un más dudoso gusto cinematográfico. Pero no. No son ellos. Como algunos de ustedes habrán adivinado -bueno, la foto seguro que les ha dado muchas pistas- el tipo en cuestión es Peckinpah, Sam Peckinpah. El del cine agitado, pero no removido. El cineasta que nos deleitó con cositas de nada como Grupo salvaje, La huída, Duelo en la Alta Sierra o Pat Garrett y Billy The Kid.

El otro día volví a ver Mayor Dundee, su película maldita, en el cine Doré de Madrid. Que tío más bestia. Pocos consiguieron sacar una interpretación tan buena al hierático Charlton Heston. Y con ella en la mente me quedé pensando en lo que me recordaba a las películas de Caballería de John Ford, pero lo que más me dejó ensimismada es si este señor genial, pero un tanto excesivo en sus adicciones, había dejado herederos.

Ok. Tarantino. Podría ser. Pero lo que en Peckinpah era sorna, en él es puro cachondeo. Y en cuanto a la profundidad psicológica, pues me parece que no, que no está a su altura. Pienso también en el cine hongconés de los John Woos y compañía, pero me resulta un tanto artificioso. Eso sí, Johnny To con juguetitos como Election, no está nada mal. Podría ser.

Pero he aquí que Alberto Luchini de Metrópoli me dio la clave: David Cronenberg. Sí. Este me pega más. Desgarrado como él, con personajes psicológicamente potentes y demostrando en los últimos tiempos que sabe coreografiar la violencia como nadie. Para muestra un botón. Si han visto Promesas del Este, seguro que les es dificil olvidar la parte de la pelea de la sauna. Y no sean mal pensados, no solo por el integral de Vigo Mortenssen (algunos ya sabrán que es uno de mis objetos de adoración), sino por la manera en que dirige esa escena como si fueran pasos de un baile. Inigualable. Eso sí, puede que lo que en Peckinpah era sorna, en Cronenberg sea sarcasmo. Díos mío, Sam ¿será que nadie dispara como tú?

"If they move, kill´em"  (Si se mueven, matadlos). Vaya manera de empezar una película. Pero poco se podía hacer, porque así se las gastaba Sam. No se andaba con rodeos. Al grano, pero sin perder detalle de esas bajadas a los infiernos con las que nos deleitaba. Coreografiaba a la perfección un tiroteo. Y con cámara lenta de la buena, porque la del cine de ahora... No me tiren de la lengua, que me conozco.