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Tal y como está la música.... hay que ser muy insensato para no querer ir a Eurovisión
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Juan M. Fdez

Malditos Spoilers

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Juan M. Fdez

Tal y como está la música.... hay que ser muy insensato para no querer ir a Eurovisión

Existe la creencia generalizada en nuestro país de que el Festival de Eurovisión es algo tan pasado de moda y rancio que TVE podría perfectamente prescindir

Foto: Tal y como está la música.... hay que ser muy insensato para no querer ir a Eurovisión
Tal y como está la música.... hay que ser muy insensato para no querer ir a Eurovisión

Existe la creencia generalizada en nuestro país de que el Festival de Eurovisión es algo tan pasado de moda y rancio que TVE podría perfectamente prescindir de él. De hecho, tal es el nivel de aceptación de esta convicción, a menudo promovida desde la propia cadena pública debido a sus añejas galas previas, que ni siquiera los cantantes patrios se paran a estudiar a fondo las ventajas que les puede dar un festival que llega cada año a 300 millones de europeos. Y eso a pesar de que nos encontramos ante la situación más catastrófica en la historia del pop español.  

Pero, ¿es que nadie se ha parado a pensar en  la enorme promoción que está consiguiendo Pastora Soler gracias a Eurovisión? ¿La de nuevos conciertos que podrá añadir a su gira veraniega? ¿Que no cualquiera consigue publicitar su disco durante dos horas en un prime time de una televisión nacional? ¿Cuántos medios han hablado ya de la artista sevillana? 

Sin embargo, como ya decimos, nuestros artistas tienen el miedo metido en el cuerpo. La idea de que Eurovisión puede llegar a destrozar la carrera musical de alguien. Pero, ¿estamos locos? ¿Quién dice eso? ¿Aquellos que para hablar de esos destrozos se remontan a Remedios Amaya o Lydia?

No, no y no. Eurovisión no destroza la carrera musical de nadie. En todo caso lo hacen los medios españoles, muy acostumbrados a atacar todo lo patrio por aquello de que siempre venden más palabras como 'batacazo' o 'fracaso'.  De hecho en otros países se mandan a algunos de sus mejores profesionales como Francia con Patricia Kaas, Israel con Noa o Inglaterra con Andrew Lloyd Webber. ¿Se han hundido sus carreras después? No. ¿Por qué? Quizá los medios de aquellos países no son tan malintencionados. 

Pero volviendo a nuestro país. ¿Ha destrozado Eurovisión la carrera de Soraya Arnelas a pesar de quedar penúltima? ¿La de Daniel Diges? Sencillamente, no. ¿Por qué? Porque cuando las cosas se hacen bien, con profesionalidad, con ganas, con trabajo, Eurovisión puede llegar a ser un gran trampolín para un cantante, como así ha quedado demostrado. Y si no, piénsenlo. ¿Alguno de ustedes se acuerda del ganador de la edición de Operación Triunfo en la que Soraya quedó segunda? Seguramente no.

¿Pero a que todo el mundo se acuerda de la extremeña? ¿A que a ella no le han faltado trabajos desde su participación en el festival incluso fuera de nuestras fronteras, compartiendo escenario con estrellas internacionales de la talla del mismísimo David Guetta? ¿A que Daniel Diges está consiguiendo una excelente promoción de su segundo trabajo discográfico en TVE?

Lógicamente, cantantes como Sergio Dalma, David Bisbal, o Miguel Bosé pueden plantearse no acudir a Eurovisión ante el infundado miedo de que puede afectar negativamente a sus carreras. Pero tal y como está el panorama de la música en España, ¿puede un artista mediano, con escasos bolos veraniegos, preferir hacer playbacks en pueblos de 1.000 habitantes antes que cantar en directo ante un escaparate de 300 millones de espectadores? 

La respuesta está clara. Ustedes sabrán. Piénsenlo, reflexionen y tomen una decisión. Luego no nos vengan diciendo que mucha gente se ha visto obligada a dejar la música. ¡Bravo Pastora por servir de ejemplo!

Existe la creencia generalizada en nuestro país de que el Festival de Eurovisión es algo tan pasado de moda y rancio que TVE podría perfectamente prescindir de él. De hecho, tal es el nivel de aceptación de esta convicción, a menudo promovida desde la propia cadena pública debido a sus añejas galas previas, que ni siquiera los cantantes patrios se paran a estudiar a fondo las ventajas que les puede dar un festival que llega cada año a 300 millones de europeos. Y eso a pesar de que nos encontramos ante la situación más catastrófica en la historia del pop español.