The Newsroom, la serie que Pedro Piqueras no debería perderse

Hace ya algunos meses, durante una rueda de prensa en la sede de Telecinco, algunos directivos del canal se quejaban de que ningún medio se había hecho eco de que sus informativos se habían convertido en líderes de la televisión comercial. De los periodistas allí congregados, ninguno habló. Nadie quiso contestar. Un espeluznante silencio, que diría Pedro Piqueras, se apoderó de la sala.

Sin embargo, muchos de ellos pensaron que era bastante difícil que un amante del verdadero periodismo pudiera dar valor a esa verbena de sucesos, gore y vídeos chorras de Youtube en los que se ha convertido el show diario que presenta Piqueras. Y decimos lo de show porque incluso hasta una periodista de la casa, Marta Fernández, confesaba a este portal que "los informativos se parecen cada vez más a los magacines".

Por todo ello, cuando hace unos días Canal + España invitada a unos pocos afortunados a ver la nueva serie de Aaron Sorkin, The Newsroom, resultó imposible no acordarse de Piqueras. ¿En qué momento se dejó pervertir para luchar por la audiencia? ¿En qué momento prefirió un número en detrimento de la calidad informativa?

Y es que Sorkin ha alumbrado toda una oda al periodismo, una carta de amor a los periodistas, un recordatorio para muchos de lo que realmente signfica ser periodista, de su poder para cambiar el rumbo de la historia o de su responsabilidad social. Lo hace, como siempre, con un ritmo trepidante -los 70 minutos del episodio piloto se hacen cortos-, un guión perfecto en el que presenta a los verdaderos periodistas como valientes Don Quijotes y un reparto formidable.

Una serie necesaria para los duros tiempos que corren para el periodismo, sobre todo en una semana en la que la profesión ha tenido que asistir al cierre del diario Qué!, la huelga en la cadena SER por el ERE al que se enfrentan, o el nombramiento de "un soldado de Ana Botella" -según los sindicatos de Telemadrid- como nuevo director de informativos de TVE.

Lo paradójico del asunto es que Sorkin consiga mantener el interés del espectador con una serie de este tipo y no se deje nunca prostituir por los datos de audiencia para seguir en antena. De momento, en EEUU los primeros cuatro episodios han dejado fría a la audiencia. Veremos que pasa a este otro lado del Atlántico.