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Católicas, meretrices, lesbianas y otras 'protas' del montón: lo mejor y peor de la ficción española en 2012
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Juan M. Fdez

Malditos Spoilers

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Juan M. Fdez

Católicas, meretrices, lesbianas y otras 'protas' del montón: lo mejor y peor de la ficción española en 2012

"¿Por qué odiamos tanto las series españolas?", les preguntaba hace unos meses. ¿Por qué a veces el desprecio hacia nuestra ficción es inversamente proporcional al éxito que

Foto: Católicas, meretrices, lesbianas y otras 'protas' del montón: lo mejor y peor de la ficción española en 2012
Católicas, meretrices, lesbianas y otras 'protas' del montón: lo mejor y peor de la ficción española en 2012

"¿Por qué odiamos tanto las series españolas?", les preguntaba hace unos meses. ¿Por qué a veces el desprecio hacia nuestra ficción es inversamente proporcional al éxito que está cosechando dentro y fuera de nuestras fronteras?

Lógicamente, todos sabemos que gran parte de nuestra ficción no destaca por su calidad. Es un hecho indiscutible. Incluso los propios productores lo saben, aunque pocas veces lo confiesan. Sin embargo, ya va siendo hora de que utilicemos ese patriotismo nuestro tan característico para defender con uñas y dientes aquellas pequeñas joyas de la ficción española.

No es entendible que al Gobierno y a muchos se les llene la boca hablando de la marca España cuando hablan del deporte, y que nadie recuerde que series como Águila Roja, Cuéntame o Gran Reserva se han vendido con éxito a una veintena de países. ¡Ay las dos caras del patriotismo¡ ¿Cuándo nos vamos a sentir orgullosos de nuestros guionistas, directores, productores o actores? ¿Cuándo les recibirá el presidente del Gobierno o el ministro de Cultura después de conseguir grandes premios internacionales?

Pero en esas estamos. Todo lo cultural parece que hay que destruírlo a pesar de que este sector aporta al PIB español lo mismo que el energético, la nada despreciable cantidad del 3,6%. Lo están sabiendo hacer muy bien en el Gobierno. De hecho este 2012 pasará a la historia como el año en el que TVE se convirtió en una auténtica meretriz abandonada en la cuneta. 

Un año en el que la nueva directiva del canal decidió guardar en un cajón todas las series importantes de la casa. Poco importó paralizar el sector, de haber jugado con el trabajo de cientos y cientos de profesionales de la industria audivisual, de guionistas, realizadores, cámaras, ayudantes de cámaras, maquilladoras, productores, actores o señoras de la limpieza, por poner algún ejemplo. 

De hecho, en la retina de muchos periodistas quedarán las lágrimas del director de Isabel, Jordi Frades, cuando TVE anunciaba el pasado septiembre durante el IV FesTVal de Televisión de Vitoria que la cadena tenía intención de ir desempolvando sus ficciones. 

La cara y la cruz de TVE 

La primera de ellas fue precisamente Isabel, ficción que a la postre se ha convertido en la mejor ficción española de 2012. La serie, un oasis de rigor en medio de la manipulación, ha conseguido agradar a crítica y público por igual consiguiéndose ganar una segunda temporada. ¡Por fin una serie española histórica que puede llamarse como tal!

La pública también desempolvó Stamos Okupa2, la peor serie del año y probablemente de la historia de nuestra televisión. Una auténtica bazofia con la que quedaba demostrado que en TVE son capaces de darnos productos por los que sentirnos orgullosos, pero también otros que nos sacan los colores. Y eso que la serie de Carmen Maura es un supuesto plagio. 

Menos mal que en 2013 por fin volverá don Vicente Cortázar. También lo harán Águila Roja, Cuéntame o Los Misterios de Laura. De la que nada se sabe es de 14 de abril. La República. Y eso que fue presentada a la prensa en septiembre de 2011. ¿Habrá miedo a hablar de la dictadura en la 'nueva' TVE?

En lo que respecta a las demás cadenas, Gran Hotel volvió a demostrar que es la mejor ficción de las cadenas privadas... de sobra. Lástima que tuviera que enfrentarse al fenómeno de la temporada, La Voz. La ficción sirvió además como digna despedida a Juan Luis Galiardo, uno de esos actores que con tan sólo dos palabras, dos miradas, dos frases, demuestran su inmenso talento interprativo.

La serie de Bambú compartió parrilla con otras series de Antena 3 como El Barco, donde se siguió fomentando el fenómeno papachichos; Fenómenos, la nueva comedia de Nacho García Velilla, que se ha ido desinflando con el tiempo; Luna, el misterio de Calenda, que consiguió la renovación in extremis; y Toledo, un desprósito de serie que tiene el honor de haber proporcionado a la historia de nuestra ficción el peor peinado gracias al pelucón de Juan Diego.

En cuanto a Telecinco quedó demostrado que deben dedicarse a hacer series dirigidas a su público fiel, al que sigue programas como Sálvame, Gran Hermano o El Programa de Ana Rosa. Es decir, tv movies del estilo de Mi gitana, una serie que nos recordó que en los pueblos de España existe una regla no escrita por la que, cuando dos mujeres deciden compartir hogar, se dice que son 'amigas'.

¡Viva Concha Velasco! ¡Viva Emilio Gutiérrez Caba¡ ¡Y viva la televisión!

"¿Por qué odiamos tanto las series españolas?", les preguntaba hace unos meses. ¿Por qué a veces el desprecio hacia nuestra ficción es inversamente proporcional al éxito que está cosechando dentro y fuera de nuestras fronteras?