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Bali, la tierra donde comer, rezar y amar
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Daniel Camiroaga

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Daniel Camiroaga

Bali, la tierra donde comer, rezar y amar

Es tierra de arrozales y canales, verdes praderas y bosques tropicales, tierra de especias y frutas tropicales. Bali es sensorial.

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Es tierra de arrozales y canales, verdes praderas y bosques tropicales, tierra de especias y frutas tropicales. Bali es sensorial: fantásticas playas adornadas de olas largas, un sol brillante y cálido que se enciende en los atardeceres al sur de la isla. Es descanso, relajación y masajes. Es la tierra donde comer, amar y rezar, tres infinitivos que resumen el espíritu hedonista y placentero de Bali.

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Terrazas de arrozales como las de Ubud, yvolcanes de sueño ligerocomo el Agung, que duerme con un ojo abierto, y el Batur, que vela despierto y exhala finas columnas de humo de cuando en cuando. Playas paradisíacas, como las de Balangan y Padang Padang. Templos cuya belleza invitan a la reflexión, como el de Gunung Kawi. Sensibilidades que se plasmanarmónicamente en el baile, la música y el arte. Es una tierra de artesanos y artistas en los que el color es el hilo conductor de sus colecciones. La bahía de Jimbaranse adorna con los colores de los pequeños catamaranes de pesca que flotan amarrados.

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La religión lo impregna todo, es parte de la cultura y esencia de la isla, actúa como una fina capa de barniz, apenas perceptible, pero presente en todas sus manifestaciones diarias. De mentalidad abierta, generosos y confiados, siempre sonrientes, los habitantes de Balise protegen de lo sobrenatural y de sus pequeñas supersticiones con ofrendas permanentes que calman al dios de turno. Bali es un oasis, una isla hindúen medio de un mar profundamente musulmán. Tierra de meditación y silencio pero también de bullicio y de gritos en los mercados. El de Ubud es un laberinto de tiendas y ambiente estridente donde la gente regatea y socializa. Donde se mezclan puestos de pollos vivos, verduras y ofrendas para el dios correspondiente. Más tranquilo, relajado y con encanto, es el mercado de pescado en Jimbaran.

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Playas de postal y arrecifes. Clásicos spots de surf en The Bukit, una de las zonas con más magia de la isla. Olas más cómodas en la playa de Tugu. Billy te alquilará el longboard que necesitas para pasarlo bien. Cuando te hartes de surfear, ve a Echo Beach, tómate una cerveza ydisfruta viendo buen surf desde la orilla. Visita el parque National Barat Bali Taman, un mar turquesa de fondos transparentes junto a los arrecifes y corales de formas caprichosas, anémonas y peces de colores vivos, llameantes.

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Prueba el café de civeta, el más caro del mundo, pleno de sabor, nada amargo. Disfruta de unpaseo por las ancestrales terrazas de arrozales y canales de agua en Jatiluwih. Haz senderismo en la montaña en los alrededores de Munduk, entre plantaciones de café, chocolate, vainilla y frutales; cascadas que arrojan el agua desde lo alto y que llegan a los lagos de Tamblingan y Buyan, más allá.

Una gastronomía rica, fresca, un punto picante, exótica y diferente, pero deliciosa. Dónde comer: desde el típico plato de arroz, Nasi Goreng, que puedes encontrar en cualquier puesto callejero, hasta comida vegana y orgánica que prepara el chef Daniel Moran en Ubud. La mejor comida local en Batan Warung. Para algo más especial, el mítico Ku De Ta. Imprescindible Ibu Oka, donde acuden locales y turistas para probar su jugoso y crujiente cochinillo.

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Dónde dormir: Alila Villas en Uluwatu, en el extremo sur de la isla. Situado sobre una plataforma bañado por las olas. Un entorno único.

En Bali Raw, Malcom Scottdescribe la parte más oscura de la isla, la que está a la sombra, la que no se ve, la de los clubes nocturnos, la prostitución, el sida, las drogas y el alcohol, que también existen en el paraíso.

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Es tierra de arrozales y canales, verdes praderas y bosques tropicales, tierra de especias y frutas tropicales. Bali es sensorial: fantásticas playas adornadas de olas largas, un sol brillante y cálido que se enciende en los atardeceres al sur de la isla. Es descanso, relajación y masajes. Es la tierra donde comer, amar y rezar, tres infinitivos que resumen el espíritu hedonista y placentero de Bali.

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