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Kena, la última aventura de Luis Arévalo
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Kena, la última aventura de Luis Arévalo

Kena, que representa, además, el inicio de su carrera en solitario tras su brillante paso por barras tan ilustres como las de los grupos Kabuki y Nikkei

Foto: Kena
Kena

La inesperada salida a finales del pasado verano de Luis Arévalo de Nikkei 225 dejó huérfanos a sus seguidores y a los aficionados madrileños de su cocina. Su deseado regreso se hizo esperar, pero, por suerte, dicha espera terminó el pasado mes de febrero con la apertura de su nuevo local, Kena, que representa, además, el inicio de su carrera en solitario tras su brillante paso por barras tan ilustres como las de los grupos Kabuki y 99 Sushi Bar, y el ya mencionado Nikkei 225 donde, llevado por sus inagotables talento y creatividad, había alcanzado su mejor momento profesional.

Kena, “donde Perú se encuentra con Japón”, según reza en el logo del local, se divide en dos espacios sobrios y discretos, que no dejan de ser una prolongación de la personalidad del cocinero, en los que se consigue un ambiente sereno y acogedor que predispone a disfrutar de una oferta única en Madrid: una pequeña sala con no más de ocho mesas, un espacio a la entrada donde se encuentra la barra con seis puestos y mesas altas y bajas dispuestas a su alrededor. Sin duda, esta es la mejor zona para sacarle el máximo partido a la presencia de Luis tras la barra, pudiendo interactuar con él en todo momento, algo casi esencial para este tipo de cocina.

Apoyado en un producto fresquísimo de calidad, que él mismo compra casi a diario, y de su enorme talento, conocimiento e imaginación, Arévalo practica una cocina inmediata, casi improvisada, en la que uno puede estar comiendo un producto preparado de una determinada manera, y su compañero de mesa el mismo, elaborado de una manera distinta.

Moluscos, mariscos y pescados, según la compra del día, se suceden ante el comensal en una vertiginosa sucesión de preparaciones basadas en la intensidad de unos sabores nítidos y punzantes, elaboradas con ingredientes procedentes de las despensas de medio mundo, en un equilibrio que sólo el talento de los mejores permite conseguir.


No hay carta, y la comida se estructura en tres menús: uno exprés de 30 € (solo al mediodía) y otros dos de 45 € y 60 €, vinos aparte, que permiten realizar un recorrido más largo por la cocina de Arévalo.

Bajo estas premisas, resulta inútil aconsejar determinados platos, por lo que nos limitaremos a enumerar algunos de los que pudimos disfrutar en nuestra última visita, como, por ejemplo, un chupe de moluscos con fideos soba, de intenso sabor; un soberbio tartar de atún con los últimos erizos de la temporada, aguacate y aceite de sésamo; o un San Pedro con una salsa ponzu de enorme complejidad.

El menú se completa con una serie de niguiris que, en nuestro caso, resultaron ser de caballa con ponzu; toro; corvina con leche de tigre y coco; ostra en tempura; …todos de impecable factura, con un arroz perfecto en cuanto a consistencia y temperatura, sin olvidar los de cigala o carabinero. El menú largo se remata con diferentes cortes de wagyu con salsa teriyaki, que varían según los días; y con unos postres que todavía están por debajo del resto de la oferta.

La carta de vinos es corta, pero muy bien pensada para este tipo de comida, basada fundamentalmente en generosos blancos y champagnes a precios razonables, en la que no les resultará difícil encontrar alguno que se acomode a sus gustos.

Un servicio atento completa la oferta de una de las novedades más importantes en esta primera mitad de año que se va asentando y mejorando día a día. Con el tiempo suficiente, la cocina de Kena alcanzará las cotas a las que su cocinero-propietario es capaz de llegar.

CALIFICACIONES

- Cocina: 7,5

- Servicio: 6,0

- Bodega: 6,5

- Local: 6.0

- Global: 7.0

KENA

C/ Ferrer del Río, 7. 28028 Madrid. Tfno: 917 259 648. Cerrado domingo y lunes.

La inesperada salida a finales del pasado verano de Luis Arévalo de Nikkei 225 dejó huérfanos a sus seguidores y a los aficionados madrileños de su cocina. Su deseado regreso se hizo esperar, pero, por suerte, dicha espera terminó el pasado mes de febrero con la apertura de su nuevo local, Kena, que representa, además, el inicio de su carrera en solitario tras su brillante paso por barras tan ilustres como las de los grupos Kabuki y 99 Sushi Bar, y el ya mencionado Nikkei 225 donde, llevado por sus inagotables talento y creatividad, había alcanzado su mejor momento profesional.