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Melody divide a España: razones para amar u odiar 'Esa diva' (y a ella también)
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Fruela Zubizarreta

Antes mentir que aburrir

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Melody divide a España: razones para amar u odiar 'Esa diva' (y a ella también)

Qué ocurre cuando una canción, lejos de representar a un país, lo divide en dos. Eurovisión 2025 pasará a la historia como el festival que más peleas propició en los lugares de trabajo. “¡Qué dejes de cantar eso, por favor!”

Foto: Melody, representante de España en el 69.º Festival de la Canción de Eurovisión. (EFE)
Melody, representante de España en el 69.º Festival de la Canción de Eurovisión. (EFE)

Surgió de forma aparentemente espontánea, hará cosa de dos meses. Una especie de ‘pásalo’ sin trasfondo político aparente. Formalmente, parecía un meme simplón, pero en verdad era mucho más. Era un mensaje encriptado que viajaba por WhatsApp rumbo al móvil de unos pocos elegidos: un grupo selecto llamado a sobrevivir al mayor ataque neuronal de la historia.

El envío mostraba una muñeca Bratz con la cara y el pelucón de Melody. El avatar vibraba con la fuerza copuladora de un hámster durante tres segundos para luego estallar y dar paso a un número de dos cifras, el 57. ¡Qué diablos! ¿Qué significaba todo esto? ¿¡Por qué 57!?

Hicieron falta más de cinco millones de muertes para que el Centro Nacional de Inteligencia concluyera que todas esas personas tenían algo en común: todas estaban obsesionadas con la canción que representaría a España en el 69.º Festival de la Canción de Eurovisión.

Dos millones de muertes más después, la ciencia y la experiencia afinaron lo suficiente como para afirmar que 57 era el número de veces necesario para que el cerebro humano acabase convertido en parmentier de patata por obra y (des)gracia de 'Esa diva'. Estamos ante el mayor código de destrucción masiva de la historia de la humanidad, oculto en una canción tan aparentemente apta (para unos) como perfectamente insoportable (para otros).

El anuncio, por ridículo, se hizo esperar más de lo razonable, lo que acabó desembocando en la actual España, diezmada por la incontenible pandemia de lobotomías encadenadas. La parte inmune de la población —la que ha sobrevivido gracias a haber escuchado en algún momento de su vida 'Los planetas' de Holst o las divinas recomposiciones de Richter— intenta lamerse las heridas tirando del eco de clásicos rancios —pero divinos— como 'La, La, La', 'Eres tú' o 'Yo soy aquel'.

placeholder Melody tiene un mensaje para ti. (EFE)
Melody tiene un mensaje para ti. (EFE)

Cabe señalar que el sujeto cero, la primera mente privilegiada capaz de sobrevivir a este feroz ataque —orquestado por un grupo de eurofans antisistema— fue la de Jedet durante la alfombra roja de los últimos Goya. Ella sintió que algo no iba bien cuando el irritante estribillo de 'Esa diva' y su maligno código comenzaron a colarse en la emisión de las principales televisiones, radios, revistas y redes sociales del país. “¿¡Pero qué cuento es esto!?”, que diría Saritísima. El virus viajaba ya a sus anchas, como en 'Plaything', el episodio 4 de la temporada 7 de 'Black Mirror'. El principio del fin había comenzado.

A ver, que Melody no tiene la culpa… ¿O un poco sí? Analicemos. La muchacha lleva peleándose esto del artisteo desde su más tierna infancia, cuando su padre le componía canciones con un Casio 5 como la del gorila, la de la rumbera y otros hits. La niña se hizo mayor e intentó, sin éxito, representarnos en el Song Contest de 2009. Eso derivó en cierto trauma, duro pero asumible. Lo que nos trae hasta hoy, hasta ese momento perfecto —para ella— en el que se ha aferrado con uñas de gel y dientes de anuncio al rol de representante de España, voz de todos nosotros, punta de lanza de cuarenta y nueve millones de españoles. El problema es que se lo ha tomado tan en serio que, por momentos, parece habérselo creído.

“Melody se ha aferrado con uñas de gel y dientes de anuncio al rol de representante de 49 millones de españoles. Se lo ha tomado tan en serio que, por momentos, parece habérselo creído”

Melody te dice un “¡Señores, viva España, vamos a ganar!”, y uno parece obligado a idolatrarla, a amar su propuesta y a besar por donde pisa. Pero todo no puede ser, estimada representante 2025, porque frente a tu legión de incondicionales está el no menos numeroso engagement fallido, esa parte de tu país que no comulga con los estereotipos manidos del flamenquito de la tienda de souvenirs ni las algaradas de género sobre divas empoderadas.

Limadas esas asperezas del talón de Aquiles de Televisión Española —¡qué blandos tenemos los pies cada empiece de verano!—, los responsables del show, suponemos que Melody entre ellos, decidieron quitar un poco de peineta y elevar la canción a una nueva intensidad de corte electrónico. Para celebrarlo, Melody opta por un 'total look Bárbara Rey domadora de elefantes y otros peces gordos'. Brilli, brilli, que es lo que les deslumbra.

“'Esa diva' será valiente y todo lo que tú quieras, de igual modo que a sulfúrica y cargante no la gana nadie”

Pese a los muchos esfuerzos de la cantante de Dos Hermanas, nada se está pudiendo hacer con el grupo de negacionistas, ese otro cincuenta por ciento de la España postapocalipsis. 'Esa diva' será valiente y todo lo que tú quieras, de igual modo que a sulfúrica y cargante no la gana nadie.

Quien esto escribe tiene un amigo que siempre acierta la quiniela de Eurovisión. Es fácil. Visita dos o tres foros y sitios de apuestas y da con los favoritos. Parece ser que Melody no va a quedar entre los primeros puestos, vaya. Pero al menos lo habrá intentado, porque lo importante es participar y bla bla bla.

Ya se sabe que “todo en la vida es como una canción / que cantan cuando naces y también en el adiós / la la la la la la la la la la…”.

Surgió de forma aparentemente espontánea, hará cosa de dos meses. Una especie de ‘pásalo’ sin trasfondo político aparente. Formalmente, parecía un meme simplón, pero en verdad era mucho más. Era un mensaje encriptado que viajaba por WhatsApp rumbo al móvil de unos pocos elegidos: un grupo selecto llamado a sobrevivir al mayor ataque neuronal de la historia.

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