La Perfetta Letizia

De una mujer se dice que es fría y eso parece malo, no se sabe muy bien por qué. De una mujer (o de un hombre) se dice que es perfeccionista y eso parece bueno. No se sabe muy bien por qué. De la princesa Letizia se repite mucho esto último, la perfección. Lo repite la prensa, claro. Lo que pasa es que en su caso la prensa también eran sus compañeros. Hace dos años, Carmen Enríquez y Emilio Oliva, que habían sido corresponsales de TVE y EFE en la Casa Real, escribieron ‘Los príncipes, preparados para reinar’. Entonces, Carmen Enríquez decía: “Letizia es muy perfeccionista. Le preocupa lo que se dice de ella porque ha tenido que aguantar que se digan cosas como que no podía tener hijos o que es anoréxica”.

 

Pero lo del camino de perfección viene de atrás. De ABC, de Bloomberg, de CNN, de TVE. Compañeros de trabajo la calificaban igualmente de perfeccionista. Por no hablar del posterior empeño del perfeccionismo físico. Mejorando ese adjetivo de negativas connotaciones, ‘Paris Match’ la calificó de “simplemente perfecta” en la ceremonia de entrega de la XXXI edición de los Premios Príncipe de Asturias, situando su belleza a medio camino entre Grace Kelly y Rania de Jordania. Concluía la revista francesa que el desplegado entonces era “un porte de reina”. De Rania.

 

Nada tiene que ver con todo lo anterior, con el perfeccionismo de Letizia, pero resulta gracioso que una revista católica italiana se llame ‘La Perfetta Letizia’. Significa la perfecta alegría pero el título es perfecto para la princesa que quiere ser perfecta.