Lo que Letizia se pondría de Adrover

El SModa de este sábado saca al diseñador mallorquín Miguel Adrover. Y, después de contar la publicación que la Casa Real de Arabia Saudí es cliente suya, recoge las palabras del creador: “Me da igual quién compre mi ropa. Si a una mujer que vive en la calle le gusta mucho una prenda, se la regalo. No soy de alabar a las familias reales. Letizia estuvo en mi taller y no nos llevamos muy bien… Lo que me gusta es que las personas que llevan mis diseños sean reales, no de la realeza”.

Adrover, que tiene esa extraña y desconcertante pinta entre Gandalf y un pastor pakistaní, desvela que no se llevó muy bien con Letizia. Suponemos que en cuestión de ropa. Tampoco es de extrañar. Estamos hablando de un tipo que hace años, cuando vistió a los empleados del Museo de Arte Contemporáneo de Palma, aseguró ser “un diseñador social”. También dijo: “Mi moda es cara pero tiene conciencia social”. Tócate la barba cuando puedas.  Un diseñador que subió, bajó, desapareció y volvió. En su desfile de febrero en Nueva York  (Out of my mind) seguía a lo suyo. Lo hizo con ropa que tenía en su casa. Con un abrigo viejo de McQueen, con manteles mallorquines o con una capa de lana de su abuela. Cosas que se convertían en otras (las gorras eran hombreras), sin pretensión de vender nada, desconectado del mundo. Cosas de artistas.

A nadie puede extrañar que Adrover permanezca ‘out’ de la mente de alguien tan clásico como Letizia. Aunque estando a punto del rescate, quizá podría adaptarle un modelo con flotador como el de su último desfile. Y quizá se queda la Princesa con las ganas de ponerse una mano por montera.