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La Princesa y Wagner
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La Princesa y Wagner

Como si quisiera contestar al primo que dice que sólo lee bestsellers, la Princesa se pasea con un libro gafapasta. Con Aspectos de Wagner, de Bryan

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La Princesa y Wagner

Como si quisiera contestar al primo que dice que sólo lee bestsellers, la Princesa se pasea con un libro gafapasta. Con Aspectos de Wagner, de Bryan Magee (Acantilado), según observamos en ¡Hola!. Y lo lleva en la mano para-que-se-vea-bien. Junto al móvil. Porque cuenta con una bolsa de la Feria del Libro donde meterlo. El volumen tiene pocas páginas, eso sí. También es verdad que uno no puede llevar en la mano Londres: una biografía de Peter Ackroyd. A no ser que se tengan las manazas de Lebron James. Según la reseña de The Times Literary Supplement, el ensayo  es “excelente… llamativo por dos virtudes de las que carecía Wagner: la brevedad y la lucidez”. Estas de doña Letizia son fotos del pasado viernes a las doce de la mañana. Las doce, esa hora tonta en que una no tiene nada que hacer. Y estuvo dos horas en la Feria. Eso sí, tiene la suerte de que en la página siguiente aparece Carolina de Mónaco en su yate Pachá III. Cualquier princesa paseando por la Feria del Libro de Madrid en horas laborables parece una trabajadora de un taller clandestino chino al lado de Carolina de Mónaco haciendo lo que sea, que suele ser nada.

Para terminar con la revista de prensa, Carmen Rigalt dice en Diez Minutos, en una entrevista que le hace Rosa Villacastín, que “según ha ido mejorando don Felipe, Letizia se ha vuelto menos humilde o menos receptiva”. Y otra perla: “Tiene que ser mucho más cercana, la Reina lo es con los niños y los animales”. No es cercana pero lee ensayos sobre Wagner. Cortitos. Ahora solo le falta ir a una ópera del compositor alemán. Larguita. De momento, la hemos visto en Tosca, en Così fan tutte (intuimos que más por Haneke que por Mozart) o en L’elisir d’amore (cuando los abucheos). Ópera italiana. En enero-febrero tiene la oportunidad de asistir a Tristán e Isolda en el Teatro Real. Y en abril, a Lohengrin. No todo el mundo tiene la suerte de poder ir sin tener que sacar abono o entrada. Otra cosa es que quiera.

Como si quisiera contestar al primo que dice que sólo lee bestsellers, la Princesa se pasea con un libro gafapasta. Con Aspectos de Wagner, de Bryan Magee (Acantilado), según observamos en ¡Hola!. Y lo lleva en la mano para-que-se-vea-bien. Junto al móvil. Porque cuenta con una bolsa de la Feria del Libro donde meterlo. El volumen tiene pocas páginas, eso sí. También es verdad que uno no puede llevar en la mano Londres: una biografía de Peter Ackroyd. A no ser que se tengan las manazas de Lebron James. Según la reseña de The Times Literary Supplement, el ensayo  es “excelente… llamativo por dos virtudes de las que carecía Wagner: la brevedad y la lucidez”. Estas de doña Letizia son fotos del pasado viernes a las doce de la mañana. Las doce, esa hora tonta en que una no tiene nada que hacer. Y estuvo dos horas en la Feria. Eso sí, tiene la suerte de que en la página siguiente aparece Carolina de Mónaco en su yate Pachá III. Cualquier princesa paseando por la Feria del Libro de Madrid en horas laborables parece una trabajadora de un taller clandestino chino al lado de Carolina de Mónaco haciendo lo que sea, que suele ser nada.