Globalización de vestuario

Atrás quedan aquellos años donde las damas reales lucían, en las ocasiones destacadas, vestidos hechos a medida por las agujas de diseñadores de sus países. Ahora la mayoría de ellas se decantan por el prêt-à-porter, sobre todo de firmas internacionales. Las royals ya no solo visten moda nacional, sus vestidores se han globalizado. Así lo hemos visto estas semanas.

La reina Máxima de Holanda, siempre alabada por su estilo, asistió el pasado jueves a una gala benéfica de la fundación Sophia en Kaatsheuvel (Países Bajos). Allí impresionó a todos con un sencillo pero a la vez favorecedor vestido blanco de escote palabra de honor de la diseñadora estadounidense Donna Karan, una pieza valorada en más de 2.500 euros. La soberana de origen argentino acabó de perfeccionar su look con un aderezo formado por gargantilla, pulsera y pendientes de diamantes y zafiros.

Mary de Dinamarca es otra de las damas reales que apostó por la moda internacional en su última aparición. El sábado, 24 de mayo, la princesa asistió junto a su marido y sus suegros a una gala en honor a los 200 años de la constitución noruega, evento al que también fueron la reina Sonia y su hijo, el príncipe Haakon. Mary apareció estupenda con un vestido de corte oriental, confeccionado en seda de estampado floreado en tonos rojos, malvas y azules, una creación firmada por Erdem que se puede adquirir por 1.100 euros.

Ya es conocido el gusto de Mette-Marit de Noruega por los diseñadores extranjeros. Son pocas las ocasiones que la princesa apuesta por la moda de su país ya que siempre prefiere las creaciones italianas y estas semanas lo ha vuelto a demostrar. En los actos relacionados con la fiesta nacional de Noruega y con la celebración de sus 200 años de la constitución, la esposa del heredero noruego ha vestido en todo momento de Valentino, Prada y Giambattista Valli. Los modelos que luce suelen rondar los 1.500 euros

La heredera al trono sueco, la princesa Victoria, también ha apostado en los últimos días por firmas internacionales. En la visita de los reyes belgas a Estocolmo, Victoria eligió un modelo blanco de Chanel; en un encuentro con Haakon de Noruega estrenó un vestido negro con estampado blanco de Óscar de la Renta; y en la última semana, en una cena en el palacio real se decantó por un vestido fucsia de escote asimétrico con cinturón negro, una prenda diseñada por Lanvin para la firma sueca H&M de 179 euros.

La princesa de Asturias es la única que apuesta exclusivamente por moda española en los grandes acontecimientos. Todos sus vestidos de gala son de diseñadores nacionales como Felipe Varela, Lorenzo Caprile o Adolfo Domínguez.