Doña Letizia juega al ping pong y al futbolín anteponiendo comodidad a estética

Este martes, los Reyes se desplazaban hasta Toledo para celebrar el 40 aniversario del Hospital de Parapléjicos de la ciudad. Para el acto, que se desarrolló con una espontaneidad que suele estar muy alejada del encorsetado protocolo de la monarquía, Doña Letizia se decantó por un atuendo que ya había lucido en anteriores ocasiones y que anteponía la comodidad a la estética.

Se trata de un nuevo sastre azul marino de Hugo Boss realizado en lana virgen y valorada en 300 euros. Doña Letizia guarda decenas de trajes tipo ejecutiva en su armario, pero parece que no se cansa de ellos y siempre está dispuesta a adquirir uno más, eso sí, debe de ser de la firma alemana. Para darle un toque de color a su look, que podríamos llegar a tildar de aburrido, la soberana escogió una camisa de seda en tonos rosados y morados de Carolina Herrera, una pieza que estrenó en el 25 aniversario de la Organización de Trasplantes.

La Reina completó el atuendo con unos botines a juego, también de Hugo Boss, y una cartera de mano de Felipe Varela. Como joyas, Doña Letizia rescató los pendientes de Alexandra Plata realizados en plata de ley 0925 y ágata color frambuesa que se convirtieron en sus favoritos del 2013 y que ahora hacía ya más de un año que no lucía.