La reina Letizia conjura a la buena suerte con un look impoluto en La Habana

Segundo día de don Felipe y doña Letizia en Cuba. La mañana de este miércoles, los Reyes se han desplazado hasta El Templete, una edificación situada en la plaza de Armas de La Habana Vieja y Patrimonio de la Humanidad donde se dice que se encuentra el origen de la ciudad, que ahora cumple 500 años. Acompañados por el historiador Eusebio Leal, al que pocos días antes España había concedido la distinción de la orden de Carlos III, Sus Majestades han conocido más acerca de la creación de La Habana.

Tras esto, se han dirigido hasta el Palacio de los Capitanes Generales, donde se les ha entregado a los Reyes una Giraldilla, el símbolo más antiguo de la ciudad, que representa a una mujer esbelta y desafiante. Después de esto contarán con un pequeño descanso tras el cual ofrecerán una recepción a la colectividad española residente en Cuba, un acto que no falta en sus viajes al extranjero.

De las fotografías de estos actos llama la atención que todos fueran vestidos de blanco. Y hay un motivo para ello. En Cuba el blanco es señal de conmemoración y también de buen augurio. Tiene cierto valor simbólico y es un color noble para el clima, de ahí que la mayoría de looks de la Reina hayan sido blancos. También nos ha sorprendido ver de nuevo a Felipe VI con una guayabera, esta en blanco, que es la clásica.

Por su parte, doña Letizia ha recuperado de su armario un vestido que estrenó en agosto, en el Club Náutico de Mallorca. Se trata de un diseño de Adolfo Domínguez realizado en algodón blanco, de estilo camisero con bordados, botonadura frontal y cinturón a juego. Su precio es de 149 euros. Como ya hizo entonces, lo ha combinado con las alpargatas de esparto de Mint & Rose, las mismas que lució el día anterior en su paseo por La Habana de la mano de Felipe.

Hemos comprobado que la Reina está procurando no lucir grandes joyas en este viaje por deferencia a los ciudadanos. Así lo hizo también en sus visitas a Mozambique o Senegal. Por ello, se ha despedido de los zafiros, los rubíes y las esmeraldas, dejando paso a discretos pendientes en forma de aro, como estos que representan una caña de bambú. Tampoco se ha despegado de su anillo de Karen Hallam.