¡Que le den una calle a Eva Longoria!

Una calle para Eva Longoria

A simpática y risueña no le gana ni el mismo Julio José Iglesias, que ha heredado de su padre la misma gracia facilona. Tal vez en indiscreción su rival más fuerte sea la infanta Pilar, que puede presumir de haber puesto en jaque al protocolo de Zarzuela con la inocencia y el gesto de Papuchi. Pero como una foto top confidential de Carbonero y Casillas no es para tanto, la actriz de Mujeres Desesperadas se ha ganado a pulso el título de embajadora de nuestro país en el candelabro universal, que diría Sofía Mazagatos. La fiesta benéfica que organizó en Marbella, junto a su gran amiga, la malagueña María Bravo, ex del ex de Demi Moore -véase Bruce Willis-, y Antonio Banderas es la prueba evidente de que España es mucho más que Pe y Ja. La única pega: que en la aldea asturiana donde crecieron sus antepasados todavía la siguen esperando. A este paso se queda sin calle.

Michelle Obama, una despilfarradora en potencia

No visitaron Villar del Río pero Michelle Obama y su hija siguieron los consejos de José Antonio Labordeta y se fueron –eso sí, sin la mochila a la espalda- de tour por Marbella, Granada y Ronda, sin olvidar a los 40 amigos con los que viajaron desde el país de las hamburguesas y los perritos calientes. Una magnífica campaña de publicidad para la Costa del Sol, que todavía recuerda con nostalgia los fiestorros de Luis Ortiz y Gunilla Von Bismarck, y todo un desembolso de más de 60.000 euros por día para los contribuyentes americanos. Que se critique su recibimiento normaduvalesco con más aplomo que tanto gasto es tan injusto como el parón laboral de María José Cantudo. Si le hubiesen preguntado a la princesa Ortiz a cómo estaba el kilo de merluza, seguro que se hubiesen ahorrado unos cuantos eurillos.

Naomi Campbell se hace la tonta

A Paris Hilton le ha salido toda una competidora en potencia. Por muy diosa de ébano que sea, Naomi Campbell, al igual que la rica heredera, no tiene un pelo de tonta, aunque el cabello se le caiga con la misma rapidez que a Belén Esteban le salen traidores. Por eso, es comprensible que algunos pongan en tela de juicio su testimonio ante La Haya en el que declaró que el ex presidente liberiano Tyler le habría dado unas “piedras sucias muy pequeñas” y no un “enorme diamante”, como ha expresado la actriz Mia Farrow, también llamada a testificar ante la Corte. Que una señora como Farrow, embajadora de buena voluntad de todos los organismos habidos y por haber, mienta es igual de probable que Marichalar y la infanta Elena vuelvan a reanudar la convivencia. Pero todo puede pasar.