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Letizia sólo ha trabajado una semana en Mallorca
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Matías Vallés

Diario de Robinson

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Letizia sólo ha trabajado una semana en Mallorca

Letizia Ortiz y sus cuñadas han llegado demasiado lejos para reconciliarse. En concreto, han llegado hasta la isla griega de Spetses. La fotografía de los tres

Letizia Ortiz y sus cuñadas han llegado demasiado lejos para reconciliarse. En concreto, han llegado hasta la isla griega de Spetses. La fotografía de los tres hijos de los Reyes junto a sus dos cuñados vigentes rezuma artificio, su postizo agrava la disensión entre la futura Reina y las hermanas de su marido, que deberán resignarse a la dilución de sus figuras conforme se solidifica el eje Borbón Ortiz. En fin, no vamos a repetir los argumentos que ya vertimos en el por otra parte excelente 'Cronología de un desencuentro: En cuanto Letizia abandona Mallorca, llegan las Infantas', publicado en esta colección el 12 de agosto, para que no queden dudas sobre el embrión de la polémica que ha obligado a una recomposición de cartón piedra.

Mallorca se ha quedado vacía de Familia Real, una sensación inesperada en pleno agosto. Por fortuna, permanece el sedimento de sus palabras en la isla. El año pasado fue Juan Carlos de Borbón quien sentenció el verano tras los atentados etarras, cuando habló de "seguir dándoles en la cabeza" y, sobre todo, cuando se le preguntó si se sentía seguro en Marivent. "Segurísimo, ¿tú que crees?" La técnica de la pregunta retórica es contagiosa, y en la presente edición fue Letizia quien se revolvió dialécticamente con un "¿Tú crees que esto son vacaciones!" Alternamos interrogación y admiración deliberadamente, como Almodóvar en '¿Qué he hecho yo para merecer esto!', que es la versión castiza del enunciado de una Princesa con carrera universitaria. Remató su confesión de ajetreo con un definitivo "Estoy muy contenta con mi profesión actual", donde la prótesis superflua "actual" conlleva una cierta urgencia por escalar el último peldaño.

Esto son vacaciones

Al convertir sus vacaciones en una pesada carga laboral, la Princesa causó un daño irreparable a Mallorca, tan indisociablemente unida al ocio como Pittsburgh al acero. Si se corre la voz de que el descanso estival en suelo mallorquín es una pesada carga, millones de ingleses y de alemanes pueden cambiar de destino turístico. Por tanto, y en aras de salvaguardar una imagen de holganza bruñida con dedicación notable, hemos contabilizado el periodo de desempeño laboral de Letizia Ortiz en Baleares, verano de 2010. En concreto, una semana, la primera de agosto.

Desapareció a continuación, y el próximo lunes efectuará un fugaz 'cameo' en la cena de despedida de las autoridades locales. Por tanto, y ante la pregunta que ningún súbdito ha osado todavía contestar, lanzamos desde aquí un estentóreo "Sí, Princesa, esto son vacaciones". Trabajo sería escribir una crónica diaria en pleno agosto, a partir de tan exiguo material. Y sin increpar por ello a los millones de lectores ni un solo día.

Nada más fácil y erróneo que pensar que rabiamos desde los celos a la isla de Spetses, dondequiera que se encuentre. Entendemos que Letizia abandone la ingrata tarea de promocionar Mallorca a cambio de contribuir con su imagen esplendorosa al PIB griego. No hay problema, hasta un desdentado tiburón de Wall Street sabe que Grecia lo necesita más que España, aparte de que los hijos de Constantino de Grecia enseñaron a bailar al esposo de la Princesa cuando frecuentaban discotecas mallorquinas como el Club de Mar, y esos favores no se olvidan. Además, la novia en cuestión se apellida Blatnik. Debe ser familia tipográfica del zapatero Manolo Blahnik y, sobre todo, debe aportar la dote de rigor, porque ya el primogénito Pablo de Grecia casó con la heredera Marie Chantal Miller. Su padre inventó los 'tax free' aeroportuarios antes de la globalización, y paseaba a su familia política coronada por Mallorca, en el yate que simultáneamente estaba a la venta. En Spetses sólo falta el Rey, que hoy interrumpe sus vacaciones para regresar a Mallorca, donde mañana recibirá a Zapatero con mayúsculas. Ese despacho no son vacaciones, sin duda.

Letizia Ortiz y sus cuñadas han llegado demasiado lejos para reconciliarse. En concreto, han llegado hasta la isla griega de Spetses. La fotografía de los tres hijos de los Reyes junto a sus dos cuñados vigentes rezuma artificio, su postizo agrava la disensión entre la futura Reina y las hermanas de su marido, que deberán resignarse a la dilución de sus figuras conforme se solidifica el eje Borbón Ortiz. En fin, no vamos a repetir los argumentos que ya vertimos en el por otra parte excelente 'Cronología de un desencuentro: En cuanto Letizia abandona Mallorca, llegan las Infantas', publicado en esta colección el 12 de agosto, para que no queden dudas sobre el embrión de la polémica que ha obligado a una recomposición de cartón piedra.