Todos… En los juzgados

Los obreros del campo contra la duquesa de Alba; su hijo Cayetano enfrentado a la Obregón; Vicky Martín Berrocal, injuriada; Amador Mohedano y su Rosa Benito, deshonrados; el torero Jaime Ostos, su mujer y su hijo contra todos, ya sea la asistenta marroquí, como la hija Gabriela, la madre de la niña no reconocida o la ex esposa; Paulina Rubio, Carmen Sevilla, La Camboria, Isabel Pantoja… se han convertido en carne de juzgado. Son algunos de los personajes famosos y celebrities que en estos momentos tienen demandas, querellas y asuntos pendientes con la Justicia.

Hay muchos más. Tantos que algunos despachos de abogados se han convertido en una sucursal de platós televisivos o redacción de agencia de prensa. Se hacen guardia a las puertas de los bufetes para pillar una imagen de una desolada Isabel Pantoja o una declaración de la experta en idioma judicial Ana Obregón. Es curioso como nuestra Anita Dinamita tiene incluso vestuario para la visita al abogado, la comparecencia en el juzgado y sus variantes según sean esos encuentros de mañana o de tarde. Los diseños nada tienen que ver con su habitual puesta en escena textil. Por eso los paparazzis que a veces la siguen –no tanto como ella afirma- saben si tiene cita con la pedicura o con Saavedra. En el primer caso irá de ella misma. Es decir, con estrecheces en forma de microfaldas, minishorts o corpiños. Por supuesto, con la cara al viento. Si se trata de una reunión, con los letrados se colocará unas gafas de gran tamaño con la forma de los ojos de la mosca del vinagre, una gorra campera o en su defecto un sombrero de la pampa argentina, pantalones y trajes de chaqueta de su talla.

La mezcla resulta a veces tan inverosímil que aunque no se la reconozca a primera vista, se la mira y remira hasta que ¡oh cielos, si es ella!. En estos momentos a la multidisciplinar actriz la quiere meter en la cárcel el conde de Salvatierra. Y eso que hace muchos años jinete y artista tontearon mientras jugaban a las prendas en la misma pandilla juvenil. Ana, que es una mezcla entre Spiderman –por las trajecitos ajustados- y el Zorro por su defensa de la injusticia cósmica, acudió hace tiempo a Crónicas Marcianas, donde explicó que había un complot formado por el hijo de la duquesa, su novia de entonces, Mar Flores y un policía, para acabar con Lequio. La forma de liquidarlo era metiendo en su maleta droga, que por supuesto las fuerzas del orden descubrirían en el aeropuerto. Aquel testimonio sirvió para que Cayetano Martínez de Irujo solicitara a su abogado García Montes que interpusiera querella criminal. Después de varios avatares judiciales, hace unos días la Audiencia Provincial de Barcelona ha declarado nulo el sobreseimiento y la causa sigue su curso.

El caso es que mientras que unos ganan sus reivindicaciones, otros se quedan en el camino, pagando las costas y sin indemnización. Como le ocurrió a la hoy señora de Colate, que en uno de sus últimos encuentros legales solicitaba seiscientos mil euros por intromisión al derecho al honor. Resulta que Fran Benedicto, una especie de asistente personal, habló públicamente de sus inclinaciones sexuales, de la posibilidad de que Paulina indujese a Ricardo Bofill al consumo de drogas e incluso que le maltratara. La sentencia confirmó que ninguna de estas declaraciones atentaba contra la intimidad de la cantante. En primer lugar porque “la condición homosexual de una persona en la actualidad no debe ser entendida como 'deshonrosa'" En segundo lugar apuntaba la juez que Bofill no se había sentido ofendido y que, además, hablaba de forma publica y notoria del consumo de la droga.

A la gran duquesa de Alba le sucedió algo parecido con el Sindicato del Campo (SOC) al que, en un arranque de furia y tras organizar una manifestación el mismo día que la nombraban “Hija predilecta de Andalucía”, les dedico unas cuantas lindezas del tipo: “Son unos cuantos locos y unos delincuentes”. Perdió, aunque, a cambio, consiguió que un juez dictara medidas cautelares para que no se volviera a hablar de la paternidad de uno de sus hijos, así como del juicio sobre este asunto.

En la balanza de las demandas ganadas definitivamente, en este caso por el abogado Marcos García Montes, se encuentra Vicki Martín Berrocal, Carmen Sevilla y el trío formado por Jaime Ostos, la doctora Grajal y Jacobo, el hijo de ambos. En su día cada uno de ellos decidió luchar por su honra y no permitir lo que consideraban una intromisión total y absoluta en su honorabilidad. Las denuncias fueron contra Aurora Díaz que llamó a Ostos maltratador y a su mujer alcohólica. La sentencia ha fijado 60.000 euros para cada uno, y seis mil para el hijo.

La televisiva Vicki no estaba dispuesta a aceptar que otra televisiva como Aída Nízar la definiera con ofensivas palabras. La lenguaraz deberá pagar las costas así como 120.000 euros de indemnización. Carmen Sevilla, por su parte, que también se puso en manos de García Montes ganó su batalla contra La Camboria. Como la anterior, la bailaora sacó a pasear la lengua. Habló más de la cuenta de la presentadora de Cine de barrio y del desaparecido Patuel. Ahora le toca apechugar.

Así esta el patio. Mejor dicho, los juzgados. Las próximas actuaciones judiciales tendrán a Amador Mohedano y a su mujer Rosa como protagonistas. Ambos han interpuesto demanda civil contra Felipe Campuzano. El pianista contó en una televisión que Amador “sisaba” a su hermana y se quedaba con parte del dinero de las galas de Rocío Jurado. Tras esta denuncia vendrá otra. En este caso se trataría de una querella criminal por delitos, injurias, calumnias graves y con publicidad. El cuñado Ortega Cano se ha enfrentado en los juzgados a Conrado de los Ojos Blancos (no confundir con Colmillo Blanco, el perro esquimal), un elemento perturbador que trabajó en su finca y que ahora le llama borracho y acosador.

Y eso que aún no ha empezado el juicio de la Operación Malaya.