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Luis Alfonso bautizará a su hija en París sin exclusivas
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Paloma Barrientos

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Luis Alfonso bautizará a su hija en París sin exclusivas

Si todo marcha como está previsto, el mes que viene Luis Alfonso de Borbón y Margarita Vargas celebrarán el bautizo de su hija Eugenia en una

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Luis Alfonso bautizará a su hija en París sin exclusivas

Si todo marcha como está previsto, el mes que viene Luis Alfonso de Borbón y Margarita Vargas celebrarán el bautizo de su hija Eugenia en una de las capillas de la catedral de Saint-Denis, lugar emblemático para los legitimistas donde están enterrados los Reyes de Francia y donde Luis Alfonso de Borbón, duque de Anjou, acompañó durante muchos años a su padre a las celebraciones dinásticas. El ‘último rey Capeto’ quiere de esta forma continuar con las tradiciones que nada tienen que ver con las aspiraciones a un trono irreal. Antes de su boda él mismo me lo contaba en la presentación de un libro de su parienta Catalina de Habsburgo. “Es lo mismo que cuando una familia cuida el legado que le dejaron sus antepasados. Para unos puede ser la casa solariega, para otros una biblioteca o una colección de relojes. Para mí supone mantener unas pautas y tradiciones que me dejó mi padre”, dijo.

Tampoco hay que olvidar que en París sus suegros, los Vargas Santaella, tienen un piso impresionante en la avenida Foch. Hasta allí se trasladará la duquesa de Franco, que seguramente será la madrina y el resto de íntimos como los barones de Alacúas, sus segundos padres. En realidad, el lugar elegido, como informan los compañeros de El Confidencial Digital, no ha chocado a su entorno más cercano porque parece que estaba decidido desde el mismo día que nació la pequeña Eugenia. Se dijo que podía ser en la catedral de Caracas, pero la inseguridad del país desaconsejaba esa elección.

De hecho, parece que Luis y su mujer tienen intención de vivir en España dentro de poco tiempo. Se ha convertido en la mano derecha de su suegro, dueño del Banco Occidental. La primera vez que se barajó esta opción fue en octubre de 2006 cuando el megamillonario Vargas estuvo a punto de comprar un banco en Venezuela con mayoría de capital español. Las negociaciones en las que participó Luis Alfonso como experto en finanzas no fructificaron y lo adquirió una corporación de inversionistas chilenos. Pero ahora, parece que la cosa va en serio. El banquero venezolano estaría interesado en una entidad española y Luis, que hasta este momento es responsable de los contactos comerciales con Europa y Estados Unidos, se haría cargo de los intereses en España.

Como la familia Vargas Santaella no tiene problemas para viajar de un lugar a otro con su avión privado, las distancias no supondrían ningún conflicto. El biznieto de Alfonso XIII quiere además que su hija (y lo que venga) se eduquen en España, pero sobre todo quiere estar cerca de su abuela, la duquesa de Franco, a la que adora y ahora quiere cuidar.

Otro lugar que también se barajó (aunque todo puede suceder) fue la capilla de Pazo de Meiras que fue restaurada a raíz del devastador incendio que casi acaba con la casona de la condesa Pardo Bazan en 1978, donde hay un maravilloso retablo del siglo XVIII de tres cuerpos con un Cristo Resucitado. En este entorno, en agosto del 2004, Luis celebró la petición de mano de su novia. Una decisión atípica porque suele ser siempre en casa de la chica. El problema era que la casa de su chica estaba a miles de kilómetros en Caracas. Además, era una forma para que la dulce y tímida Margarita conociera antes del enlace caribeño a la ‘tropa’. Es decir a toda la familia Franco Martínez-Bordiu. Imagino que para que no hubiera después problemas de “no me dijiste que…” o “ya te avisé de...”, que suelen ser comentarios habituales cuando las lunas de miel dejan paso al día día.

El pazo del abuelo, que así lo llamaban los nietos, dejó de ser residencia veraniega de la familia Franco en 1975, cuando murió el dictador, y es el lugar donde se han celebrado los acontecimientos familiares importantes de los Martínez-Bordiú en los últimos tiempos. Es decir, lo que se conoce como BBC. Bodas, bautizos y comuniones de la tercera generación. En este sentido, hay una anécdota que retrata al más tacaño de los tíos de Luis Alfonso, el irascible Francis Franco. Hace años aprovechó el enlace de su hermana Arantxa para bautizar al día siguiente a su hijo. De esa forma disfrutó del mobiliario y operativo doméstico sin necesidad de desembolsar un duro.

El verano de la pedida de mano de Margarita los cien mil metros cuadrados de jardín que rodea el edificio histórico con magnolios centenarios, castaños de indias, parterres de hortensias e infinidad de camelias, todo ello perfecto gracias a Pepe el jardinero y sus cuadrilla, fue utilizado días antes por el tito para celebrar la primera comunión del hijo. Esa fue la última reunión previa al festejo para honrar a la Niña Vargas y su familia. En realidad da igual París, que Caracas, que La Coruña o Madrid. Lo único que tiene muy claro el padre de la criatura es que nadie va a negociar con ese bautizo del que seguramente y como así ha ocurrido en todos los acontecimientos privados los medios recibirán fotografías a través de la agencia EFE, la mejor forma de preservar su intimidad. Una característica fundamental en la vida de Luis Alfonso. Un muchacho, ahora un hombretón y padre de familia, que se merece, por fin, este feliz destino.

Si todo marcha como está previsto, el mes que viene Luis Alfonso de Borbón y Margarita Vargas celebrarán el bautizo de su hija Eugenia en una de las capillas de la catedral de Saint-Denis, lugar emblemático para los legitimistas donde están enterrados los Reyes de Francia y donde Luis Alfonso de Borbón, duque de Anjou, acompañó durante muchos años a su padre a las celebraciones dinásticas. El ‘último rey Capeto’ quiere de esta forma continuar con las tradiciones que nada tienen que ver con las aspiraciones a un trono irreal. Antes de su boda él mismo me lo contaba en la presentación de un libro de su parienta Catalina de Habsburgo. “Es lo mismo que cuando una familia cuida el legado que le dejaron sus antepasados. Para unos puede ser la casa solariega, para otros una biblioteca o una colección de relojes. Para mí supone mantener unas pautas y tradiciones que me dejó mi padre”, dijo.