La boda de la ministra y el cambio radical de Marichalar

Mientras los Royal internacionales se daban de tortas en Londres en la fiesta de cumpleaños de Pablo de Grecia, en Madrid la solidaridad se hacía carne en la figura de Isabel Llinas y Pilar Mateo. Las dos mujeres recibieron su merecido premio de manos de la ministra de Cultura Carmen Calvo y de Esperanza Aguirre en una celebración multitudinaria donde la directora de orquesta, Inma Shara, colocó la nota musical. Por cierto, que esa noche hubo comentarios sobre la ¿próxima? o ¿cercana? boda de doña Carmen. No pude preguntarle si estaba al tanto del runrún. Demasiada gente a su alrededor. Es lo que tiene el ‘cargo’, que siempre hay corte de los milagros vigilando y cuidando los flancos a los poderosos.

Curiosamente, estos palmeros suelen ejercer como tal por iniciativa propia y no por indicación oficial, que resultaría más comprensible. El caso es que no pude recabar directamente la información de la novia-ministra que, aunque no le gusta dar tres cuartos al pregonero sobre su vida privada, sí suele ser bastante accesible. El año pasado, en el transcurso de un almuerzo con la peña Primera Plana nos contó a los periodistas presentes que efectivamente tenía novio, y lo complicado que resultaba a veces compaginar el cargo con el noviazgo. No quiso dar demasiadas pistas en aquel momento, pero la noche de los Premios Yo Dona los enterados aseguraban que el futurible formaba parte de su entorno. Para ella sería su tercera boda, para él la primera. En fin, que de celebrarse sería a lo grande como también nos confirmó ella misma en su día. Es decir, de blanco y con flores por todas partes. Y ya puestos, le aconsejaría que se decantara por una tarta nupcial de muchos pisos, espada en forma de la Tizona del Cid, palomas al viento y toda la parafernalia posible con luna de miel en Marina D’Or.

Retomando los premios solidarios, la reunión festiva organizada por Charo Izquierdo congregó en el auditorio del Museo Reina Sofía a representantes populares de clase ‘A’. Es decir, a gente cuyo valor intrínseco tiene que ver con su dedicación laboral y no con la ajena. Nieves Álvarez anunció que sus mellizos son niña y niño; Pilar Medina Sidonia, que prepara nueva novela. Allí estaban también Marta Robles, Ana Botella, Juan José Quemes, Manuel Soriano, Nacho Duato, Ana Gamazo, Paloma Ferre, Nieves Herrero, Isabel Gemio, Imelda Navajo, Paloma Segrelles -presidenta del Club Siglo XX- y su hija Paloma -que ella sola ha montado la versión joven del club-. También Haníbal Laguna, Carmen Alborch, Miguel Ángel Mellado, la diseñadora Kina Fernández, que como a todos los gallegos emprendedores se la rifan en China, Purificación García, Natalia Verbeke, Beatriz de Orleáns, que recordó esa noche cómo el fallecido Gianfranco Ferre había cosido el traje nupcial de su hija mayor. Cabe destacar también, la presencia de Kardam de Bulgaria y Miriam Ungría, una de las mejores gemólogas que hay en Madrid. A veces su titulo de princesa consorte oscurece su labor como diseñadora de joyas. En su día consiguió que una conocida firma de alta joyería caracterizada por sus excesos barrocos pasara -gracias a sus ideas- a una línea más elegante y refinada.

Por una vez los famosos de quinta regional brillaron por su ausencia. No hay que evitarlos, pero siempre es mejor ubicar a cada mochuelo en su olivo. La fiesta terminó con un gran aplauso a las premiadas, Isabel Llinas y Pilar Mateo. La primera es directora del Instituto Balear de la Mujer. Desde su cargo ha impulsado programas y ayudas para las mujeres que, como ella, fueron víctimas de la violencia de género. Hace unos años, su ex marido la quiso matar. Las quince puñaladas que recibió le sirvieron para que, una vez curados los daños físicos -los psíquicos tardan mucho más-, se dedicara en cuerpo y alma a proteger a las más débiles. "Por fin supe lo que era tomarme un café, tener amigas, pasearme por la playa sin miedo a que nadie me agrediera", explicó.

La otra premiada, Pilar Mateo, química de profesión, lo recibió por el trabajo realizado en el campo de la investigación con productos y pinturas que evitan la propagación de enfermedades trasmitidas por los insectos, como es el Mal de Chagas. Se trasladó a zonas endémicas como Bolivia y México y enseñó a sus habitantes a pintar sus chabolas de adobe con la ‘pintura que cura’. Gracias a esta iniciativa muchas familias han conseguido sobrevivir. "Eso es lo realmente importante. Con la publicidad que da este premio podremos fabricar más ‘pintura mágica’".

ver noticia) no se la ha visto en carne mortal. Algunos de los invitados se preguntaban, con cierta chunga, si Doña Letizia acudirá al bautizo de su hija.

En cambio, quien si ha dado por fin la talla ha sido el duque de Lugo. Hasta ahora muchas de sus actuaciones públicas parecían estar marcadas por la frivolidad, incluidos sus arranques de genio de los que en su día resulté damnificada. Pocos esperaban que el marido de la Infanta Elena hablara de su propia enfermedad en la clausura de unas jornadas organizadas por la fundación Lescer, de la que es presidente honorífico. Este organismo privado sin animo de lucro se dedica a ayudar a las personas que padecen daños cerebrales adquiridos. El duque de Lugo, que sufrió un ictus cerebral en diciembre del 2001, explicó que "es un drama de difícil comprensión para quien no lo conoce, así como el sufrimiento de las familias que deben cohabitar con la enfermedad". Jaime Marichalar terminó su exposición con un mensaje positivo: "La esperanza siempre existe". Desde aquí mi felicitación absoluta para el ponente, que al fin ha encontrado su lugar en la corte del Rey Juan Carlos.