Treinta y cinco euros por las fotos del verano

Muchos españolitos pusieron cara de asombro cuando ayer acudieron al kiosco y se preguntaron ¿dónde están las fotos de la Princesa Letizia en bikini? Ni rastro en la portada, ni en el sumario de Hola. El siguiente paso -ensaimada o bocata en mano- fue intentar localizar tan misterioso documento. Así las cosas, cruzado el meridiano de la publicación, en la página 60, seis fotos confirmaban el rumor, pero con algo de desilusión (¡No es para tanto, casi no se ve nada, las fotos son borrosas!) y la consiguiente pregunta: ¿Este material vale más de 200.000 euros? Para nada.

Me cuentan que los paparazzi que consiguieron las instantáneas seguían trabajando ayer en la isla y que podrían haber firmado bajo pseudónimo. Quizás sus respectivas agencias, Korpa y Europa Press, hayan conseguido una buena campaña de marketing, creando más expectación de la debida, pero dichos paparazzi poco se han llevado al bolsillo. Me aseguran que los ‘compañeros’ -muchos de ellos con larga experiencia- son asalariados y reciben algún ‘extra’ en función del trabajo, pero nada más. Son sus ‘jefes’ quiénes han hecho el agosto. Con todo y con eso, no se ha pagado ni mucho menos la cantidad que se ha dicho. Con suerte, una cuarta parte.

Yo me tomaría la libertad de proponer para estos fotógrafos un aumento de sueldo ya que, con treinta y cinco euros en el bolsillo, que es lo que se han llevado finalmente, han hecho una inversión de futuro. Me explico: la teoría que cobra más fuerza respecto a cómo se hicieron las fotos tiene una clave: una simple ‘golondrina’. Tal nombre sirve para denominar un barco de capacidad cercana a los ochenta pasajeros, que en una hora se planta en la llamada Colonia Sant Jordi, al sur de Mallorca, lugar en el que está situada la Isla de Cabrera, paraíso escogido por la Familia Real para “escapar de los objetivos de la prensa”.

El tour turístico –que cuesta 35 euros por barba- sale a las 8:45 horas de la mañana y regresa a la isla mayor sobre las 18 horas de la tarde. Este trayecto lo efectuaron al menos dos veces los ‘valientes paparazzi’ que, tras despistarse del grupo principal, montaron guardia para poder divisar a la Princesa y a la Reina, en la popa de la lancha de recreo ‘Somni’ y en el yate ‘Fortuna’. Bikini blanco para la futura reina, con gorra a juego anudada detrás, y bañador rojo para Doña Sofía, atuendos apropiados y que nada tienen de especial para causar el revuelo provocado.

Poco vemos de sus siluetas y no logramos adivinar si tiene o no ‘cuerpo danone’, quizás por ello, en Casa Real, su servicio de prensa nos decía a nuestro requerimiento que “todo normal, no hay nada especial y nada raro en estas imágenes”. Dicen que la ética y la profesionalidad de la familia Sánchez-Junco, alma de la revista Hola, está por encima de todo y que la llamada a Casa Real en estos casos es la norma cuando se trata de tan ‘suculento reportaje’.

La respuesta suponemos que fue “adelante con las fotos”, ya que después de los últimos acontecimientos –distanciamiento entre el Rey y Doña Letizia apuntado por Carmen Rigalt, el secuestro de la revista El Jueves con el kama sutra de los Príncipes-, habrían sido suficientes para dar vía libre a lo que ahora hemos visto. Nuestro periodismo de investigación nos hace intuir que otro reportaje de la Princesa con look muy acorde con el verano, junto a Don Felipe y la Infanta Leonor, y publicado ayer por Semana en portada y por Lecturas en páginas interiores, estaría realizado otro día por otros fotógrafos, pero con el posible ‘consentimiento’ de la pareja. ¿Cuál será el próximo objetivo de los fotógrafos desplazados a Mallorca?, dicen que ayer andaban “manos a la obra” detrás de los Duques de Palma de Mallorca... ¿Veremos a Doña Cristina en bañador? Seguiremos informado.