¿Se tambalea el matrimonio de Martínez-Bordiu?

El runrún está en la calle. ¿Será cierto que a Carmen Martínez-Bordiu y a José Campos les quedan dos telediarios como pareja? ¿Tienen validez los comentarios que aseguran que cada uno va por su lado? ¿Qué elementos existen que acrediten esa supuesta falta de entendimiento emocional? Éstas y algunas otras cuestiones que colocan al matrimonio al borde del abismo afectivo se han convertido en el pan de cada día. Lo curioso es que quienes avalan estas teorías se basan habitualmente en confidencias del “entorno”. Ya saben, ese grupo de conocidos/enemigos que suelen rodear a los personajes de moda convirtiéndose en portavoces no autorizados.

La mayoría de las veces la validez de esos testimonios tienen la misma consistencia que el sentimiento de fidelidad amoroso en manos de Briatore, el que fuera jefe de Fernando Alonso e íntimo del matrimonio Agag-Aznar. Por eso, choca cuando cuentan y no paran sobre los desencuentros públicos de Carmen y el muchachote Campos.

Uno de los apuntes tiene que ver con su inasistencia a una fiesta en el bar de copas ‘Amarillolimón’ en Liencres, un pueblo precioso a tiro de piedra de Santander donde se suponía que la pareja haría acto de presencia. Entre otras cosas, estaba cantada su asistencia porque la reunión festiva tenía como maestro de ceremonia al televisivo Felisuco, gran amigo de Campos y que, junto a Goyo Jiménez (del Club de la Comedia), alegraron la velada con sendos monólogos.

Ese entorno malvado aseguró que no acudieron porque se habían enfadado. La realidad era muy otra. “No asistieron porque nunca fueron convocados. No me explico cómo pueden inventarse esas historias” me confirma Felisuco que, por supuesto, me desmiente cualquier tipo de mala relación entre José y Carmen. “Son una pareja que se entiende divinamente. Cada uno tiene su espacio y no hay que olvidar que a él lo que más le gusta es estar en su tierra. ¿Para qué se va a ir por ahí si lo que le gusta es estar en su casa, sus vinitos en Puerto Chico, pasear por el Sardinero, encontrase con los amigos en Aquiarius o cenar en la Boni o en el Casino de Treceño?”, concluye el periodista.

Y efectivamente así es y, además, me confirman que la separación física ha sido relativa. Salvo los días que Carmen pasó con su hija Cinthya y su amigas en Mallorca el resto han permanecido juntos. De hecho, hace poco visitaron a la duquesa de Franco en el Pazo de Meirás, un lugar que encandila a José precisamente porque se trata de encuentros familiares. Me cuentan que las fiestas sociales y multitudinarias de Marbella, Ibiza y similar le aburren y parece que a Carmen, que ya las vivió intensamente cuando era joven, lo mismo. Eso no quita para que la señora de Campos continúe como ha sido siempre “un culo de mal asiento” que le gusta variar y cambiar de coordenadas físicas a menudo.

Por lo demás Campos tiene este verano un nuevo trabajo como responsable de comunicación del equipo de fútbol de su tierra, el Racing de Santander. Como era natural, tras la “toma de posesión” se ha aplicar en cuerpo y alma al nuevo acomodo profesional. Por lo tanto, y para aquellos que estaban preocupados por la solvencia amorosa de la pareja y para los “enredadores” oficiales, ni hay nubarrones en el horizonte ni nada que se le parezca. El matrimonio Campos Martínez-Bordiu goza de buena salud emocional y seguramente aparecerán rutilantes y felices en el bodón del hijo de Antonio (Los del Río) que se celebrará el 24 de agosto en la Iglesias de Jesús del Gran Poder de Dos Hermanas. Será una fiesta por todo lo alto a la que acudirán cerca de quinientos invitados que, por supuesto, bailarán ‘Macarena’.