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Las amenazas de Isabel Pantoja
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Paloma Barrientos

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Las amenazas de Isabel Pantoja

El circuito artístico de Isabel Pantoja en Venezuela y Puerto Rico se ha transformado en un circo romano donde los periodistas oriundos y extranjeros ejercen de

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Las amenazas de Isabel Pantoja

El circuito artístico de Isabel Pantoja en Venezuela y Puerto Rico se ha transformado en un circo romano donde los periodistas oriundos y extranjeros ejercen de gladiadores de la información. Rodeando a la cantante hay leones hambrientos disfrazados de guardaespaldas que husmean el olor a carne fresca. Y cuando lo detectan, se lanzan al grito de María Navarro -¡A por ellos!-.

La clave para cumplir las órdenes tiene que ver con la frase ya célebre de su representada: “No me vas a grabar más”. En vez de acompañarse de cámaras y libretas en presencia de la que algunos ya han bautizado como la irritable tonadillera, deberán adecuar su vestimenta a la que utilizaba el actor Russell Crowe en Gladiator. Es decir, escudo, casco... De esa forma, al menos, la integridad física de los reporteros estaría asegurada.

La última iniciativa Pantojil o de su entorno -que da igual que da lo mismo- es obligar a firmar a todos aquellos informadores que cubran la rueda de prensa que hoy jueves a las once de la mañana (5 de la tarde hora española) se celebra en el Hotel Ritz de la capital de Puerto Rico un documento que pone los pelos de punta por la intolerancia que transmite.

El papelito de marras, que se denomina “Carta de aprobación de Medios”, debe ser cumplimentado con los datos del informador y rubricado con su firma. Hasta aquí todo normal, nada que objetar. El problema, o mejor dicho la incongruencia, surge tras leer un apartado que figura bajo el epígrafe “NOTA IMPORTANTE”. En él se dice que “Las preguntas hechas a la artista serán estrictamente acerca de su trabajo discográfico, el concierto que ofrecerá en la isla y sobre sus asuntos profesionales. Estas estarán monitoreadas en todo momento. El medio que no cumpla con estos parámetros será debidamente escoltado fuera de la conferencia de prensa…”.

Ese escoltado significa que al osado reportero que pregunte, pongamos por ejemplo por la receta del “pollo a la Pantoja”, que nada tiene que ver con los discos ni con la gala, recibirá “una monitorización” en el mejor de los casos. Y en el peor, un rugido emitido por el león/guardaespaldas que acompañará al reportero intrépido a la calle.

Por supuesto, la prensa de Puerto Rico está que trina y no entiende la actitud de la cantante, que siempre ha sido espléndidamente recibida. Ha cancelado dos entrevistas previamente concertadas a dos medios -El Voceo y a Estero Tempo- que patrocinan la gala musical. Aseguran que si no quiere que se la pregunte por su supuesta implicación en el blanqueo de capital relacionado con el caso Malaya, más la estancia de su novio en la cárcel, debería hacer como otros cantantes que no organizan conferencias previas a los conciertos.

“Es inexplicable esta actitud que no la favorece en absoluto. Una artista considerada en toda Latinoamérica como una de las grandes”, asegura Oscar Serrano, presidente de la Asociación de Periodistas de Puerto Rico que tiene palabras durísimas hacia ella. “La señora Pantoja estaría mejor servida comprando páginas de publicidad en los periódicos en vez de convocar a la prensa. Ningún periodista o medio de información que se respete a si mismo debe aceptar de antemano que no va a hacer una pregunta, la que sea. El público sabe de sus problemas legales y los de su pareja con la justicia española ¿por qué hay que ignorar lo que nadie ignora? Además ¿a cuenta de qué exige ese privilegio?. Las espadas están en alto.

El circuito artístico de Isabel Pantoja en Venezuela y Puerto Rico se ha transformado en un circo romano donde los periodistas oriundos y extranjeros ejercen de gladiadores de la información. Rodeando a la cantante hay leones hambrientos disfrazados de guardaespaldas que husmean el olor a carne fresca. Y cuando lo detectan, se lanzan al grito de María Navarro -¡A por ellos!-.

Isabel Pantoja