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Los Agag se van de boda
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Paloma Barrientos

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Los Agag se van de boda

Ana, la única hermana de Alejando Agag -el resto son varones-, se casó el fin de semana en Marbella con Álvaro Perinat, un directivo del Barclays.

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Los Agag se van de boda

Ana, la única hermana de Alejando Agag -el resto son varones-, se casó el fin de semana en Marbella con Álvaro Perinat, un directivo del Barclays. La pareja eligió la Iglesia de la Encarnación para la celebración religiosa y un chiringuito playero como centro festivo para el ágape nupcial servido por Alfonso. Este caballero es dueño del restaurante El Bosque en Jerez y sirvió la cena de despedida de solteros de la Infanta Elena y Jaime de Marichalar. El ‘Nikki beach’ es uno de los lugares de moda del verano marbellí y la familia Agag pasa sus vacaciones en este lugar desde 1972. Toda una vida y por eso Ana, la pequeña de la casa, trasladó hasta allí a los quinientos invitados entre parentela y amigos.

Y por supuesto no podían faltar la concejala de Medio Ambiente Ana Botella, su conferenciante marido José María Aznar, la embarazadísima cuñada Ana y los sobrinos Alejandro y Rodrigo que ejercieron de pajes. Aparte de ellos y de sus escoltas no hubo ningún político de relumbrón amigo del “hermano de la novia”.

La única relación con la clase dirigente le llega a los recién casados de una forma colateral y lejana. La pareja vive en Londres donde ella trabaja en el estudio de Norman Foster. Arquitecta de profesión ha participado en el diseño del que será el nuevo museo de la Aviación de Getafe que se inaugurará previsiblemente en 2009. Su jefe ha anunciado que abrirá en breve sucursal en Madrid y de ahí que profesionales de toda edad y condición relacionados con el área de la construcción -aparejadores, diseñadores gráficos…- estén al quite para entrar en la “Fáabrica Foster”. Es muy posible que Ana se convierta en una de las cabezas pensantes de este centro de operaciones del marido de Elena Ochoa.

Retomando la boda, el menú tampoco fue tradicional. De primero, hubo escalibada y a continuación arroz caldoso con bogavante y de postre doce tartas a elegir. Aunque hubo quien probó de todas. Es lo que tienen los chiringuitos, que el personal anda menos cohibido. Para la decoración se eligió el color corporativo del PP: naranja por todas partes en velas, manteles, frutas y hasta la enagua del vestido de novia, un traje firmado por Ladrón de Guevara, uno de los pocos modistos que continua con la Alta Costura.

La madre de Alejandro Agag, Soledad Longo, con buen tino también optó como su hija por el modisto, que realizó un vestido en gasa azul-gris plata y encaje antiguo digno de cualquier desfile parisino. Cibeles se queda corto para este tipo de profesionales. Con los niños/paje prefirieron repetir eligiendo a Marta García Conde, que ya vistió a los sobrinos en la megaboda del Escorial de Ana Aznar. Como anécdota, uno de los hijos del matrimonio emuló a la Infanta Leonor cuando se descalzó en el bautizo de su hermana Sofía. En este caso, el pequeño de la familia se quitó los zapatos y costó lo suyo calzarlo de nuevo.

A la salida de la iglesia hubo quien confundió a un señor que pasaba por ahí con Flavio Briatore. Un varón de parecidas hechuras despisto al personal, sobre todo porque iba con acompañante similar a las que gasta el ex jefe de Fernando Alonso. Es decir, jovencita de buen ver, mejor delantera y piernas de las catalogadas como extra larga. Ni se trataba del millonario ni se le esperaba en la boda. Íntimo de Alejandro no estaba prevista su presencia, pero en cambio el que fuera yernísimo (ahora en realidad Aznar es el suegrisimo) sí acudirá al megabodón de Briatore con Elisabetta Gregoraci a finales de mayo. Esta es la fecha elegida por la modelo y presentadora para que coincida con el finiquito de su contrato con la televisión de Berlusconi.

Por cierto, un español será el encargado de diseñar sus zapatos nupciales. Y si no son estos, al menos los de sport. Jesús Canovas, zapatero prodigioso que calza los pies de Michael Douglas, Julio Iglesias, las Infantas y hasta el Papa fabrica para la firma ‘Billonaire’, propiedad del empresario italiano zapatos de piel de galuchat que se venden en su tienda de Londres a razón de 6.000 euros el par. El galuchat es un pez raya cuyo envoltorio se ha puesto de moda y se utiliza en los complementos más sofisticados. En el caso de los que oferta el jefe de Renault se hacen a mano, con horma especial y color diferente para cada cliente.

La petición se celebró este mes de agosto en el barco del empresario donde también estuvieron invitados el matrimonio Agag-Aznar este verano. Para sellar su promesa de amor eterno Flavio le regaló una sortija con un diamante de seis quilates adornado con 297 esmeraldas y montado en oro blanco. Así se las gasta. La pregunta billonaire es si Elisabetta le durará hasta la boda.

Ana, la única hermana de Alejando Agag -el resto son varones-, se casó el fin de semana en Marbella con Álvaro Perinat, un directivo del Barclays. La pareja eligió la Iglesia de la Encarnación para la celebración religiosa y un chiringuito playero como centro festivo para el ágape nupcial servido por Alfonso. Este caballero es dueño del restaurante El Bosque en Jerez y sirvió la cena de despedida de solteros de la Infanta Elena y Jaime de Marichalar. El ‘Nikki beach’ es uno de los lugares de moda del verano marbellí y la familia Agag pasa sus vacaciones en este lugar desde 1972. Toda una vida y por eso Ana, la pequeña de la casa, trasladó hasta allí a los quinientos invitados entre parentela y amigos.