Es noticia
Menú
Tita y Borja, reunión a cara de perro
  1. Celebrities
  2. En Vena
Paloma Barrientos

En Vena

Por

Tita y Borja, reunión a cara de perro

Los desencuentros filiales entre la baronesa y su primogénito continúan. Nada ha cambiado. Al día siguiente de la celebración de la boda religiosa, Borja y Blanca

Foto: Tita y Borja, reunión a cara de perro
Tita y Borja, reunión a cara de perro

Los desencuentros filiales entre la baronesa y su primogénito continúan. Nada ha cambiado. Al día siguiente de la celebración de la boda religiosa, Borja y Blanca se trasladaron a Madrid para mantener una reunión familiar que se suponía serviría para limar asperezas. Pero no fue así. Para empezar, la madre pidió a su hijo que al ‘cónclave’ no asistiera la recién casada. Y así se hizo. Mientras Blanca permanecía en el hotel ultimando los detalles de la cena previa a la fiesta segoviana, Borja enfiló con su coche por la carretera de Burgos para llegar a la urbanización de La Moraleja donde hasta hace muy poco entraba y salía de la mansión en su calidad de hijo querido.

El amor que Tita siente hacia su hijo no ha cambiado, aunque sí las circunstancias. Siempre será bien recibido, pero solo, sin compañía que perturbe la supuesta armonía que hasta hace unos años reinaba entre ellos. Seguramente, la primera parte de la reunión tuvo que ver con la charlotada en que se convirtió la ceremonia religiosa. Casarse de noche como si fueran Bonnie & Clyde fue la gota que colmó el vaso de la paciencia de la madre amantísima y así se lo dijo. A partir de ahí, imaginen la reunión a cara de perro. Borja, dando sus explicaciones y razonamientos, y su madre, erre que erre con que las cosas no se pueden hacer así.

Otro capítulo importante del encuentro tuvo que ver con asuntos económicos relacionados tanto con la herencia recibida del barón como de las finanzas comunes de madre e hijo. Se trata de un apartado fundamental que debe resolverse de una manera consensuada porque hay cuentas conjuntas, propiedades, avales, obras de arte que se supone no deben cambiar de titularidad…

Aunque “hay para todos” como me dijo la baronesa en su momento, al referirse a las supuestas desavenencias con su hijo por la adopción de las mellizas, ahora el cambio de estado civil más la llegada del nieto han hecho que las coordenadas financieras cambien, o al menos que se revisen. Como guinda al consejo familiar, en el que estaban presentes ciertas amistades de total confianza de ambos, Carmen se mantuvo en sus trece de no acudir a la cena organizada el viernes en el restaurante ‘El negro de Anglona’. De la fiesta de Segovia nada se dijo.

Al día siguiente de la reunión, Carmen se marchaba de nuevo a San Feliú y de ahí quizá a Villa Favorita. ¿Se imaginan si en el último momento la baronesa se traga los sapos y se presenta con su Ala Delta en Segovia? Dada las peculiaridades de los protagonistas todo podría suceder. Y sobre todo porque a Tita le encanta el cordero y el de la Portada del Mediodía -restaurante que servirá la cena- es de los mejores.

Los desencuentros filiales entre la baronesa y su primogénito continúan. Nada ha cambiado. Al día siguiente de la celebración de la boda religiosa, Borja y Blanca se trasladaron a Madrid para mantener una reunión familiar que se suponía serviría para limar asperezas. Pero no fue así. Para empezar, la madre pidió a su hijo que al ‘cónclave’ no asistiera la recién casada. Y así se hizo. Mientras Blanca permanecía en el hotel ultimando los detalles de la cena previa a la fiesta segoviana, Borja enfiló con su coche por la carretera de Burgos para llegar a la urbanización de La Moraleja donde hasta hace muy poco entraba y salía de la mansión en su calidad de hijo querido.