El sobrino del Rey, ¿otro Borbón al fuego?

Laura Ponte, casada con Beltrán Gómez-Acebo, sobrino carnal y ahijado del Rey, no da crédito a las especulaciones que sobre su matrimonio y su marido circulan últimamente. Del asombro pasó al desconcierto, y de ahí al mosqueo total cuando desde diferentes frentes se dio por válida su inminente separación. Las razones que daban ‘conocidos’ y supuestos ‘íntimos’ como causantes de la ruptura iban desde la frivolidad más absoluta hasta motivos más que suficientes para que fueran denunciados como 'violencia de género'.

En un primer momento, ni ella ni el marido le dieron mayor importancia a los rumores. El problema era que la bola de nieve crecía con la misma intensidad que la quema de fotografías y manifestaciones contrarias a la monarquía. Y en ese momento es cuando Laura, mujer de temperamento a pesar de su aparente fragilidad, decide parar la historia. O al menos dar las explicaciones suficientes para que cada cual se haga su composición de lugar.

¿Cómo te enteras de que tu matrimonio está en crisis?

Porque me empieza a llamar la gente comentando que en tal cena o en tal sitio no se hablaba de otra cosa. Me quedo totalmente asombrada, pero no le doy mayor importancia, entre otras cosas porque estaba en París trabajando y pensaba que cuando llegara a Madrid el globo se habría desinflado. El problema es que fue a más y mi familia empezó a pasarlo mal.

Parece que quien lanza el rumor es alguien que presume de pertenecer a tu círculo más cercano...

Eso es mentira. Yo tengo cuatro íntimas, dos de ellas amigas desde el colegio, y Beltrán igual. Ninguno de los dos tenemos un amplio y extenso grupo de amistades, sino los suficientes para saber que de ahí no ha podido salir ningún comentario.

¿Entonces qué crees que ha pasado para que se desmadre el tema?

Pues no lo se. Al principio me lo tomaba a risa, incluso Beltrán continúa así, pero yo estoy empezando a ponerme nerviosa. Lo que para mí cada vez está más claro es que hay algo muy raro. Todo personaje público, y yo lo soy, es vulnerable a ciertas murmuraciones, pero lo de ahora es diferente porque los comentarios más graves van contra Beltrán, que siempre ha procurado pasar desapercibido. Casi nunca me acompaña a los actos públicos, precisamente porque no quiere ser el centro de atención.

¿Has llegado a pensar que puede tener algo que ver con que tu marido sea hijo de la Infanta Pilar y ahijado del Rey?

Pues no lo sé, pero lo que sí hemos llegado a valorar es que nosotros entremos también en el pack.

¿Qué quieres decir?

Pues que no sería raro que con la campaña que hay en estos momentos contra la institución nosotros seamos una especie de objetivo menor. Es todo tan disparatado... Sí han llegado a decir que han visto cómo mi marido me trataba mal y que no vivíamos juntos.

¿Puede ser que al cambiaros de domicilio haya habido ese malentendido?

¡¡¡Pero es que seguimos viviendo en casa de mi suegra!!! Nuestra nueva casa está aún sin terminar, aunque voy casi todos los días a supervisar los últimos detalles. Hoy, por ejemplo, me he pasado la tarde pintando un mueble y ayer fuimos a cenar por separado y luego nos juntamos en un sitio. Seguro que la semana que viene aparecerán titulares que digan “cada uno por su lado”. Sólo con que hicieran guardia un par de días en la casa de mi suegra tendrían el suficiente material para confirmar lo que te digo. Si la policía que vigila está asombrada de las cosas que escuchan en algunos programas.

Insisto, ¿crees de verdad que detrás de todo esto hay una maquinaria para desestabilizar a la Familia Real? Primero fue la inminente separación de los duques de Lugo y ahora vosotros...

Ya te he dicho que hemos llegado a valorarlo, porque no concibo de dónde han podido salir esas historias.

De todas formas, en el caso de que fuera así, tú siempre te salvarías porque eres plebeya, y además llevas toda tu vida trabajando...

(Risas) Pues mira, por ese lado no lo había mirado. Al final, salvando a la monarquía... En fin, es necesario ponerle un poquito de humor, como hace Beltrán. Espero que a partir de ahora cesen las mentiras. Menos mal que mis niños son aún muy pequeños para enterarse de estas cosas que, sin embargo, hacen muchísimo daño a la familia.