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Los hijos de ‘El Cordobés’ y de Antonio Puerta, unidos por nacimiento
El mismo día y en el mismo centro hospitalario sevillano nacieron dos bebes con circunstancias familiares muy diferentes. Mientras en uno el padre estuvo presente en
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El mismo día y en el mismo centro hospitalario sevillano nacieron dos bebes con circunstancias familiares muy diferentes. Mientras en uno el padre estuvo presente en el parto y cortó el cordón umbilical, en el otro la madre tuvo que afrontar en solitario la llegada al mundo de su tercer hijo, que habría sido el primero para su pareja. Pero por esos tristísimos designios, el destino les jugo una mala pasada. Se trataba del nacimiento de Aitor o Antonio. Ayer aún no se sabía cual iba a ser el nombre del pequeño. El primero lo habían elegido los padres en la recta final del embarazo. El segundo podría ser el homenaje póstumo al futbolista Antonio Puerta.
Antonio o Aitor nació el domingo al mediodía en la clínica Sagrado Corazón. Pesó tres kilos setecientos y midió cincuenta y dos centímetros. Su madre, Mar Roldán, llegó al hospital acompañada de su hija mayor de 18 años que, desde que falleció el jugador, ha permanecido junto a ella. Era tal la imagen de tristeza de la futura madre al llegar a la clínica que los reporteros gráficos que hacían guardia prefirieron saludarla y darle ánimos… Ya habría tiempo para las fotos.
Mar Roldán, casada durante veinte años con otro futbolista, Antonio Casado, tuvo dos hijas con él y, ahora, estaba feliz por la llegada del varón. Un embarazo que convertía a la pareja Puertas-Roldán en familia numerosa. La muerte repentina del jovencísimo futbolista rompió todos sus proyectos comunes y puso de manifiesto una situación familiar un tanto compleja. Los padres y parientes más cercanos de Antonio Puerta no tenían nada en contra de la novia, una mujer muy buena y cariñosa, pero con veinte años más que el hijo querido.
Esta diferencia de edad, que a la inversa no resulta un condicionante importante, en este caso sí lo era. Al menos así lo afirmaban los amigos y el círculo del jugador. A pesar de que quien hizo realidad el refrán de quien la sigue la consigue fue el futbolista y no Mar. Con el nacimiento del bebé seguramente desaparecerán esas rencillas que posiblemente tienen más que ver con convencionalismos sociales que con realidades afectivas porque Antonio Puerta la eligió libremente y además quiso que fuera la madre de su primer hijo.
En el otro platillo de la balanza, en el de la felicidad completa, está Triana, la niña de Manuel Díaz y de Virginia Troconis, que nació ocho horas después. La tercera hija del torero y la segunda para la venezolana comparte planta con Aitor Antonio. Pesó setecientos gramos menos y midió cincuenta centímetros. Como ya hizo con Alba y Manuel, acompañó a su mujer hasta el paritorio y, como experto en estas situaciones, ayudó al médico a cortar el cordón. Mientras que la primera vez, Manuel casi estuvo a punto del vahído, en esta ocasión ‘El Cordobés’ se portó. “La costumbre”, dijo.
El mismo día y en el mismo centro hospitalario sevillano nacieron dos bebes con circunstancias familiares muy diferentes. Mientras en uno el padre estuvo presente en el parto y cortó el cordón umbilical, en el otro la madre tuvo que afrontar en solitario la llegada al mundo de su tercer hijo, que habría sido el primero para su pareja. Pero por esos tristísimos designios, el destino les jugo una mala pasada. Se trataba del nacimiento de Aitor o Antonio. Ayer aún no se sabía cual iba a ser el nombre del pequeño. El primero lo habían elegido los padres en la recta final del embarazo. El segundo podría ser el homenaje póstumo al futbolista Antonio Puerta.