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La facilidad de los famosos para enamorarse
Con el verano ya en su hemisferio postvacacional muchos de los amores que empezaron con el calor pueden estar a punto de finiquitar. La alegría de las
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Con el verano ya en su hemisferio postvacacional muchos de los amores que empezaron con el calor pueden estar a punto de finiquitar. La alegría de las noches con techo de estrellas y tardes de siestas conjuntas da paso a horarios cuartelarios y obligaciones varias que también afectan al famoseo patrio.
Aunque en el caso de los protagonistas del corazoneo me pasma la capacidad que aparentemente tienen para enamorarse y desenamorarse. Muchos de ellos no guardan el “luto” oficial y una semana después de llorar por los rincones como La Zarzamora de la copla los fotografían con el nuevo amor de su vida que a su vez también reclamaba cuarenta y ocho horas antes respeto para su abandono.
Lo llamativo de la situación es que el abandonador se va a su vez con la novia del anterior y éste con el ex marido que se fue a comprar blinis con caviar y nunca más volvió con el encargo. Mejor dicho, reapareció con otra del brazo que fue la primera novia del abandonador. O puede ser que la segunda o la tercera. Se monta un organigrama con tantas variantes que es imposible seguir el curso amatorio de algunos de ellos. Lo único remarcable y constatable es la inmediata recuperación sentimental.
Mientras a la mayoría de la ciudadanía recomponer su puzzle afectivo resulta más complicado que las hazañas de Aquiles en la Iliada, a los fonsis, gutis y ariadnes de turno el recambio es casi instantáneo. Y ya si eres Paris Hilton no hay ni tan siquiera un lágrima que divida el antes y el después.
Con el verano ya en su hemisferio postvacacional muchos de los amores que empezaron con el calor pueden estar a punto de finiquitar. La alegría de las noches con techo de estrellas y tardes de siestas conjuntas da paso a horarios cuartelarios y obligaciones varias que también afectan al famoseo patrio.