La baronesa llama “provocador” a su hijo

A Carmen Cervera no le ha sentado nada bien que su hijo, su nuera y los nietos acudieran al museo Thyssen y que encima los reporteros les pillaran en semejante acción. Ha definido esa visita como “una provocación”, cuando en realidad no hay ningún dato que puede avalar ese razonamiento. Y, rizando el rizo, siempre es mejor repartir el tiempo en temas lúdicos que no en bares y tabernas.

Los B&B (Borja y Blanca), que dividen su espacio familiar entre Madrid y Barcelona, aprovecharon el bautizo de Eric para ejercer de cicerones con los amigos que habían venido de fuera: hicieron un circuito por el extrarradio, concretamente por Boadilla del Monte, donde se celebró la liturgia religiosa y el posterior convite del bautizo.

El matrimonio dedicó una mañana al recorrido cultural y acabaron en el museo que preside la madre/suegra. La idea no partió ni de Borja ni de la nuera odiada, sino de las amistades, que querían visitar la exposición fotográfica de Mario Testino. El grupo formado por los siete amigos, más Borja, Blanca y sus retoños, organizaron la vista como haría cualquier ciudadano.

Pagaron sus entradas, admiraron la muestra y se fueron. Así es la historia y así la contamos. Por cierto, parece que Tita Cervera, además del colgantito de Tous, le regaló a su nuevo nieto un gran oso de peluche. Lo chocante de este obsequió es que el plantígrado nunca llegó a manos del bebé. ¿Lo robarían por el camino o alguien lo haría desaparecer al pensar que podía tratarse de un oso espía?

Enlaces relacionados

La carta que Tita Cervera envió a su hijo Borja

Blanca Cuesta: "Nuestro amor está por encima de brujas y hechizos"

Francesca Thyssen, otra enemiga para Tita