Los líos de la Familia Real

Desde que la Familia Real volvió de vacaciones, las informaciones relacionadas con asuntos no institucionales como el 'no embarazo' de la princesa Letizia o la identidad de la llamada con politono de risa infantil del móvil del monarca han dado mucho de sí.

Atrás quedaba saber cuál era el lugar elegido por el heredero y su familia para disfrutar de ese ocio privado que tanto reivindica la princesa, como si ellos fueran clase media con derecho a puentes festivos. Mientras las infantas publicitaban Baqueira, de los príncipes no se sabía nada. Del resto de las informaciones, incluida la Pascua Militar, hubo las referencias oportunas.

Ahora en cambio los entuertos se suceden casi con la misma rapidez que los oseastelojuro en las conversaciones de Tamara, la hija de Isabel Preysler. Resulta inaudito que cualquiera pueda hablar con el Jefe del Estado solo con preguntar por él, como sucedió cuando un periodista del programa Tot és molt confús” (Catalunya Ràdio) consiguió superar muy fácilmente el filtro obligado en estas circunstancias.

Más tarde, el olvido del monarca de su móvil sobre una consola cuando recibía las cartas credenciales de nuevos embajadores en el Palacio Real también sonó a despropósito. Una vez eliminado el chascarrillo, ¿qué habría pasado si el teléfono se  extravía o alguien lo birla? ¿Cuáles  habrían sido las consecuencias en términos de seguridad?  No resultaría tan extraña esta suposición cuando en las bodas del príncipe y las infantas, en las mesas de invitados que se suponen elegantes, finos y de postín desaparecieron cubiertos y platillos de pan.

A continuación llegó otro desatino publicado en un diario nacional que colocaba al jefe de la infanta Elena como su novio. No hubo aclaración y, por lo tanto, la miga de pan se convirtió en hogaza gallega. A todo esto se unía el rumor del embarazo de la princesa. En este caso y, como ha sucedido siempre que se ha intentado recabar un dato sobre el estado maternal de doña Letizia, la aclaración oficial se convierte en secreto de Estado olvidando que los hijos del heredero forman parte del organigrama institucional.

Aunque quizá en este caso lo más llamativo sea el nuevo test de embarazo que marca el sí o el no implantado desde ya en la Casa Real. Nada de predictor o similares. Si la mamá de Leonor y Sofía se sube a un helicóptero no hay descendencia. Para terminar sería interesante saber en un futuro qué opinan en Zarzuela del nuevo libro de Jaime Peñafiel que saldrá a la venta el próximo 20 de enero y que se titula El rey no abdica.

Enlaces relacionados

Letizia acalla rumores de embarazo ciñéndose el vestido

Jaime Peñafiel: "Yo no he dicho que Letizia esté embarazada"

El politono del móvil del rey es la risa de un bebé