Enredo por las fotos de Cayetana Alba y el príncipe Carlos

La fiesta que el príncipe Carlos de Inglaterra organizó en el palacio de Buckingham con la presencia de famosos españoles, cuyo viaje y estancia en el Savoy costeaba Porcelanosa, se ha convertido en una historia rocambolesca con ingredientes que podrían servir como base para un guión televisivo.

Hay de todo y por su orden. Nombres habituales del colorín que se han sentido agraviados y dolidos por no formar parte de la “golden list”. Una lista organizada en parte por Isabel Preysler, otra por la revista ¡Hola!, que debería haber publicado en exclusiva el reportaje, y un resto planeada por la propia firma azulejera y sus compromisos. En este apartado podría estar la hija del presidente del Congreso, José Bono, que mantiene una excelente relación con el dueño de Porcelanosa, como informa El Confidencial.

Además del malestar existente entre aquellos famosos que, a diferencia de otras ocasiones, no tuvieron presencia, y por lo tanto, no formaron parte de la excursión londinense, hay otro capítulo más complicado donde los intereses empresariales también entraban en juego. El suplemento del diario ABC, Hoy Corazón se adelantaba a la exclusiva de ¡Hola! publicando el fin de semana como primicia  las imágenes del príncipe Carlos y Camila con los invitados nacionales más importantes como era la duquesa de Alba y sus ,o los más vistosos como Preysler y los suyos.

Esta vez, el verdadero impacto era ver a Cayetana vestida como una jovencita en su fiesta de debutantes. El impacto fue grande, la repercusión también. La pregunta del millón era saber por qué se habían filtrado unas fotos que se suponían exclusivas. No sólo las publicó el dominical, sino después El País, y el miércoles, el resto de las revistas de entretenimiento. La guerra estaba servida y el “culpable” no era otro que el anfitrión y futuro rey de Inglaterra. 

Esta vez no se trataba de una fiesta privada como las que  organiza  el heredero en la residencia de Clarence House o Saint James, donde el único fotógrafo que hay -al margen del oficial- es el permitido por la firma que paga el evento. Era un acto de la fundación en el palacio de Buckingham, y por lo tanto, público, al que asistieron personalidades del mundo de la cultura, artístico, nobiliario y político que, aunque locales, pueden tener repercusión fuera del Reino Unido.

En este tipo de actos se hacen fotos a todos los invitados, sean o no conocidos, y ya después son las agencias las que distribuyen el material en el propio país o fuera, dependiendo del interés mediático. Y esto fue lo que sucedió, que se “colgaron” como se hace siempre y el suplemento de ABC se llevó el gato al agua, y además a precio de competencia, que no es otra cosa que pagar a 80 euros (más o menos) la foto.

A partir de ese momento, hay versiones para todos los gustos. Desde las presiones para que no se ofrecieran más imágenes al mosqueo de ¡Hola! ante lo que supone una exclusiva pinchada, pasando por el embrollo que se les presentó a los responsables de Porcelanosa que, a fin de cuentas, habían pagado el viaje de todos más el óvolo a la fundación del Príncipe. Los únicos ganadores fueron sido los lectores de Hoy Corazón, que disfrutaron visualmente de la fiesta los primeros.  

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