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El Rey ya no quiere celebrar su santo
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Paloma Barrientos

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El Rey ya no quiere celebrar su santo

Durante años, la celebración del santo del Rey en los jardines del Campo del Moro marcaba el inicio del verano. A partir de esa fecha, ya

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El Rey ya no quiere celebrar su santo

Durante años, la celebración del santo del Rey en los jardines del Campo del Moro marcaba el inicio del verano. A partir de esa fecha, ya no había convocatorias sociales importantes que tuvieran como referente al Jefe del Estado en su vertiente más familiar. Después, llegaba el encuentro distendido con la prensa en Marivent, en aquellos tiempos tan felices donde la relación con los medios era fraternal. Su Majestad no se mosqueaba por nada y hacía chascarrillos con los reporteros sobre la seriedad de su heredero al que solía indicar que sonriera, en plan eslogan publicitario.

Los posados con la familia al completo han ido poco a poco desapareciendo y ya es inusual una foto conjunta que pueda servir para ilustrar una felicitación navideña. De ahí el polémico “corta y pega” utilizado por la Reina hace un par de años para la estampa oficial, al no existir una foto con todos ellos reunidos. El año que viene, en cambio, no será necesario montar ningún collage porque se podrán utilizar las imágenes de la Primera Comunión de Miguel Urdangarín, donde el único que ya no sale -y por razones obvias- es Jaime de Marichalar.

La celebración del santo era la excusa perfecta para que la sociedad civil presentara sus respetos al monarca en un encuentro distendido, al que acudían más de dos mil personas, algunos de los cuales fueron después juzgados y condenados por estafa, fraude, apropiación indebida… Había tortas para formar parte del listado y el que no figuraba movía influencias e incluso se pagaba con dinero o en especies a gabinetes de comunicación que supuestamente tenían línea directa con Zarzuela.

Salvando las distancias, San Juan era una fecha casi tan clave como el posado de Ana García Obregón en la Costa de los Pinos, cuando no mediaba firma comercial por medio como ahora. Los Reyes y sus hijos recibían a pie de escalinata y una vez resuelto el “besamanos” se mezclaban con los invitados y hasta llegaban a compartir bebida y canapés con los presentes.

La última vez que hubo celebración en los jardines del Palacio Real el convite fue una especie de fiesta de los líos con una gran repercusión en la llamada prensa de información general. La del colorín no se metía en esos líos. En el  mismo espacio físico coincidieron las recién separadas  hermanas Koplowitz con sus ex maridos, “los Albertos”, que en aquel momento ni se hablaban. Isabel Preysler, en calidad de novia oficial de Miguel Boyer, mirando a otro lado para no coincidir visualmente con su segundo consorte, el marqués de Griñón. Ni tampoco con su hermano, el marqués de Cubas, abandonado por Marta Chávarri que, a su vez, se había liado con Alberto Cortina. Fue el último año.

Nunca más los jardines reales se abrieron para la recepción social. Se buscaron otros escenarios en plan fiesta itinerante y dejó de ser lo que era hasta acabar en nada como este año, donde parece que ni los hijos se reunirán con su padre/rey para tomar la tarta de San Juan. Al menos, el gabinete de prensa de Zarzuela ni confirma ni desmiente si los príncipes y sus  niñas, la duquesa de Lugo, Froilán y Victoria, más las infantas Pilar y Margarita con sus proles respectivas compartirán reunión festiva en Zarzuela. “Pues va a ser que no”, como decía la frase que popularizaron el dúo Cruz y Raya.

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Durante años, la celebración del santo del Rey en los jardines del Campo del Moro marcaba el inicio del verano. A partir de esa fecha, ya no había convocatorias sociales importantes que tuvieran como referente al Jefe del Estado en su vertiente más familiar. Después, llegaba el encuentro distendido con la prensa en Marivent, en aquellos tiempos tan felices donde la relación con los medios era fraternal. Su Majestad no se mosqueaba por nada y hacía chascarrillos con los reporteros sobre la seriedad de su heredero al que solía indicar que sonriera, en plan eslogan publicitario.

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