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Querida Concha, me debes un desayuno
Concha García Campoy siempre ha sido una mujer muy clara tanto en todo lo que tuviera que ver con sus afectos como en su labor profesional.
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Concha García Campoy siempre ha sido una mujer muy clara tanto en todo lo que tuviera que ver con sus afectos como en su labor profesional. La conozco desde hace muchos años y poco ha variado en este tiempo su línea editorial a la hora de separar su vida privada de la pública. Era consciente, como hablábamos un día, de que “salir en la tele tiene un coste personal alto. Lo único que hay que procurar es no dejarte comer por la vanidad, porque a todos nos gusta que nos digan que somos los mejores, los más guapos y los más altos. Lo que ocurre es que si te lo crees, cuando después llegan las críticas también te tienes que aguantar”.
Concha García Campoy siempre ha sido una mujer muy clara tanto en todo lo que tuviera que ver con sus afectos como en su labor profesional. La conozco desde hace muchos años y poco ha variado en este tiempo su línea editorial a la hora de separar su vida privada de la pública. Era consciente, como hablábamos un día, de que “salir en la tele tiene un coste personal alto. Lo único que hay que procurar es no dejarte comer por la vanidad, porque a todos nos gusta que nos digan que somos los mejores, los más guapos y los más altos. Lo que ocurre es que si te lo crees, cuando después llegan las críticas también te tienes que aguantar”.