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Las infantas Leonor y Sofía, de cumpleaños en una granja escuela
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Paloma Barrientos

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Las infantas Leonor y Sofía, de cumpleaños en una granja escuela

A diferencia de otros niños reales y herederos a tronos europeos, que cada cierto tiempo aparecen en la prensa, en fotos oficiales esquiando en invierno, de

Foto: Las infantas Leonor y Sofía, de cumpleaños en una granja escuela
Las infantas Leonor y Sofía, de cumpleaños en una granja escuela

A diferencia de otros niños reales y herederos a tronos europeos, que cada cierto tiempo aparecen en la prensa, en fotos oficiales esquiando en invierno, de paseo en verano, recogiendo huevos de pascua en primavera o disfrazados en otoño, las infantas Leonor y Sofía son completamente invisibles. No hay imágenes oficiales de sus cumpleaños ni de ninguna actividad que realicen. Y, si en el caso de la pequeña Borbón Ortiz puede ser más comprensible, no se entiende que pase con la primogénita, pues algún día su cara adornará las monedas y billetes de curso legal.  

Por eso, cuando aparecen, aunque sea en situaciones privadas, como sucedió el sábado 10 de marzo, el revuelo es considerable. Las infantas, su madre y los escoltas se desplazaron a la granja escuela El Álamo para asistir a un cumpleaños. Esta finca se encuentra en la carretera de Boadilla del Monte a Brunete y suele ser el lugar elegido por muchos colegios para que los niños se relacionen con el mundo rural y aprendan a cuidar el medioambiente y a convivir con animales no habituales en la vida cotidiana, como conejos, cerdos o gallinas.

Esta vez, las infantas no iban de aprendizaje escolar, sino a celebrar un cumpleaños con otros veinte niños. La fiesta duró cuatro horas e incluía diversas actividades como montar en pony, dar de comer a los animales y un taller en el que se podía elegir entre hacer galletas y pan o fabricar sales de baño y velas, que al finalizar la fiesta se llevaron a casa. Todos colaboraron para amasar una torta grande que luego sirvió para colocar las velas del homenajeado.

A mediodía, las infantas y sus amigos comieron macarrones o arroz blanco con tomate de primero y albóndigas, palitos de merluza y salchichas de segundo. De postre yogur, natillas y tarta de cumpleaños. Al acabar tuvieron su ración de baile en una zona adecuada como discoteca.

Quienes coincidieron en el día campestre con las nietas reales comentaban que las niñas no tienen ningún problema para relacionarse con el resto y que si no fuera por la seguridad desplegada nadie se habría dado cuenta de su  presencia. Ese día se hicieron muchas fotos y puede ser que en algunas aparezcan las infantas y, por lo tanto, que en breve las veamos disfrutar de sus actividades lúdicas rodeadas de patos, perros y conejos en alguna revista. 

A diferencia de otros niños reales y herederos a tronos europeos, que cada cierto tiempo aparecen en la prensa, en fotos oficiales esquiando en invierno, de paseo en verano, recogiendo huevos de pascua en primavera o disfrazados en otoño, las infantas Leonor y Sofía son completamente invisibles. No hay imágenes oficiales de sus cumpleaños ni de ninguna actividad que realicen. Y, si en el caso de la pequeña Borbón Ortiz puede ser más comprensible, no se entiende que pase con la primogénita, pues algún día su cara adornará las monedas y billetes de curso legal.