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La prensa de Mallorca, 'mosqueada' con la Familia Real
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Paloma Barrientos

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La prensa de Mallorca, 'mosqueada' con la Familia Real

La prensa, sobre todo los fotógrafos que llevan años cubriendo las vacaciones de la familia Real en Palma, siguen sin entender las escasas facilidades que han

Foto: La prensa de Mallorca, 'mosqueada' con la Familia Real
La prensa de Mallorca, 'mosqueada' con la Familia Real

La prensa, sobre todo los fotógrafos que llevan años cubriendo las vacaciones de la familia Real en Palma, siguen sin entender las escasas facilidades que han tenido este verano para realizar su trabajo. A la desbanda general de todos sus miembros se une la desgana de los posados no oficiales, que hasta ahora eran el santo y seña de los agostos reales.  Ni tan siquiera el escándalo Urdangarin ha servido como excusa para esa invisibilidad que tampoco ha gustado a los habitantes de Mallorca.

Consideran que si tienen el palacio de Marivent  para su uso y disfrute, no habría pasado nada por dar un poco de brillo mediático a la isla con la hoja de ruta de todos los años, que consistía en la presencia y participación en las regatas, tardes de compras de la reina, visitas al delfinario y al acuario, cenas en Flanigan, Ciudad Jardin o cualquiera de los restaurantes de la zona. Ahora no hacen nada de eso y los fotografos se han quejado de esa falta de delicadeza  "en unos momentos en que los reportajes se pagan a la baja y, por lo tanto, si no hay material nuevo, el coste de nuestra estancia aquí  es alto para los medios o para los frelance. El año pasado con las salidas habituales cubríamos el verano. Este año ha sido un desastre", aseguran a Vanitatis.

Haciendo una comparativa con otros veraneos se entiende el 'mosqueo' de los profesionales que, si se acreditan es porque se suponen que van a tener trabajo.  "Si no, no vendríamos muchos y el material se repartiría a traves de la agencia EFE como han hecho este año. En varias ocasiones solo les han avisado a ellos" aseguran. Una de las veces fue la reunion del rey con Rafa Nadal, su novia y su familia en el restaurante Flanigan. Desde el gabinete de comunicación no avisaron de la comida a los medios, que se enteraron horas después cuando habia finalizado el almuerzo.

"Solo EFE hizo el reportaje que despues vendió a las revistas y el resto nos quedamos mirando a Valencia", se quejaba un fotógrafo que trabaja para una de las cuatro revistas y que vio como la foto del verano se brindaba en exclusiva.
"Antes, al  principe, a las infantas y a los niños se les podia fotografiar cuando navegaban en Calanova a 15 metros. Ahora tenemos que hacer las fotos a 200 metros. Ya no hay facilidades y es la politica de prensa de la Casa Real", aseguran,  poniendo como ejemplo los desplazamientos de la reina a Cabrera de hace unos años y los de ahora donde "no te puedes ni acercar".


Tambien hubo enfado general de la prensa con la llegada de doña Sofia, la infanta Elena, Froilán y Victoria al aeropuerto de Palma.  "Primero aterrizaron ellas y esperaron a los niños Urdangarin, que venían de Barcelona acompañados de la cuidadora y cuatro escoltas. Salieron por la sala de autoridades y la prensa que hacía guardia solo pudo fotografiar los coches, lo cual  no sirvió para nada" afirman.

El posado de los principes y sus niñas tampoco gustó demasiado porque "estuvo mal organizado. No tuvieron en cuenta que a esa hora, en Soller, la luz no es muy buena porque hay una montaña que tapa el sol y es más complicado trabajar", explican varios profesionales que no entienden esa nueva politica de la Casa de hacer complicado lo que siempre ha sido fácil. "Lo único que queremos es poder trabajar en las mismas condiciones de siempre. Y este año no nos han facilitado las cosas sino todo lo contrario" se quejaba un veterano.

La prensa, sobre todo los fotógrafos que llevan años cubriendo las vacaciones de la familia Real en Palma, siguen sin entender las escasas facilidades que han tenido este verano para realizar su trabajo. A la desbanda general de todos sus miembros se une la desgana de los posados no oficiales, que hasta ahora eran el santo y seña de los agostos reales.  Ni tan siquiera el escándalo Urdangarin ha servido como excusa para esa invisibilidad que tampoco ha gustado a los habitantes de Mallorca.

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