Corinna y Urdangarin, más allá de los negocios

El sábado que viene, Iñaki Urdangarin se enfrenta a una nueva comparecencia ante el juez Castro donde deberá responder a muchas cuestiones referentes a la declaración que la semana pasada realizó su exsocio Diego Torres. Unas manifestaciones en la que el ahora enemigo número uno involucra al Rey, a la Infanta, al conde de Fontao, al exjefe de la Casa Alberto Aza, a la princesa Corinna y al secretario de las infantas, Carlos García Revenga, que declara ese mismo día a las once de la mañana. De momento a nadie más. Aunque todo puede suceder, porque el material que obra en poder de Torres sigue resultando explosivo a pesar de que la Casa Real se mantiene al margen, sin dar explicaciones ni oficiales ni oficiosas. Al menos por ahora.

Quedan aún cerca de doscientos mensajes que el exprofesor de ESADE va dosificando. Unas veces las misivas son estrictamente comerciales, donde se relatan las negociaciones y posibles clientes a los que captar a través de Nóos, y éstos sí pueden afectar a la instrucción o la investigación de la Agencia Tributaria, y otros no tienen mayor repercusión que la mediática.

Como ya adelantó Vanitatis, el duque de Palma y Diego Torres se intercambiaban correos subidos de tono, fotografías más o menos eróticas como las que refleja el equipo de ciclistas desnudas, comentarios tabernarios de corte sexual y chistes más o menos ingeniosos sobre la potencia masculina, que no tendrán mayor trascendencia si Torres no lo estuviera utilizando para dinamitar la ya maltrecha imagen de Urdangarin.

Los últimos correos que se han filtrado tienen a la princesa Corinna como destinataria y en varios de ellos se manifiesta la estrecha relación que existió entre el duque de Palma y la amiga del Monarca. Una amistad de la que también era conocedora la infanta Cristina. Algunos de estos mensajes ya se han hecho públicos y otros podrían convertirse en la siguiente “bomba” del imputado Torres. Algunas frases sacadas fuera del contexto de lo que era una confraternización habitual entre el yerno y Corinna pueden resultar llamativas y sorprendentes. La relación entre la princesa alemana y el duque fue, según se desprendería de esos correos, mucho más cercana de lo que se presuponía.

Veremos. Lo que a estas alturas está claro es que el caso Nóos se ha convertido en un culebrón público que por ahora se le está yendo de las manos a la Casa Real. Pero se le podría ir más.