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Corinna, sweet Corinna
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Paloma Barrientos

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Corinna, sweet Corinna

La portada de Hola informó al gran público que había una dama rubia con pinta de princesa que lo era. Eso sí, por rama colateral que

Foto: Corinna, sweet Corinna
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La portada de Hola informó al gran público que había una dama rubia con pinta de princesa que lo era. Eso sí, por rama colateral que no por nacimiento. Corinna se convirtió en tema de conversación en los puestos del mercado mientras se guarda  la vez y también en la sala de los juzgados, donde abogados y jueces se visten con toga y puñetas. En cambio, desapareció de la faz de la tierra después de su entrada espectacular en el mundo del colorín.

Daba igual el nivel académico, profesional o laboral, los ciudadanos que no estaban ni están  al tanto de quién es el todopoderoso jeque  Abdullah bin Zayed al Nahyan (que así se llama el propio  que recibía a Corinna) lo descubren a raíz de enterase de que la  guapa de la portada es una señora que negocia, habla, cumplimenta y negocia, porque es la amiga entrañable del Rey. Y no sólo eso, sino que mantiene un trato cordial con ministros del Gobierno del PP, así como con miembros del gabinete de Zapatero e incluso responsables del CNI, que la cuidan y vigilan. A todos estos poderosos les parecía normal su existencia y, por lo tanto, no se entiende que de pronto ya nadie de este grupo étnico le haga la ola.

Corinna, Sweet Corinna, como la canción que Neil Diamond dedicó a Carolina Kennedy y que otra Carolina, la de Mónaco, la bailó con Junot en su despedida de soltera, ya no es tan dulce para determinados elementos del establishment. La quieren olvidar y convertirla en mujer invisible, pero ya hay quien dice que pronto volveremos a saber de ella.

La portada de Hola informó al gran público que había una dama rubia con pinta de princesa que lo era. Eso sí, por rama colateral que no por nacimiento. Corinna se convirtió en tema de conversación en los puestos del mercado mientras se guarda  la vez y también en la sala de los juzgados, donde abogados y jueces se visten con toga y puñetas. En cambio, desapareció de la faz de la tierra después de su entrada espectacular en el mundo del colorín.