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Isabel Sartorius no comerció con su hija en la boda del hermano
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Paloma Barrientos

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Isabel Sartorius no comerció con su hija en la boda del hermano

En el mundo de la prensa de sociedad se hacían apuestas de cómo y en qué circunstancias saldría Mencía en la exclusiva de la boda de

Foto: Isabel Sartorius no comerció con su hija en la boda del hermano
Isabel Sartorius no comerció con su hija en la boda del hermano

En el mundo de la prensa de sociedad se hacían apuestas de cómo y en qué circunstancias saldría Mencía en la exclusiva de la boda de su tío Luis Sartorius. La niña, de catorce años de edad, era un reclamo fantástico para un reportaje donde la protagonista no era la dulce novia, Bárbara Pérez Manzarbeitia, sino la propia Isabel. Y también la hija que tuvo con Javier Soto (ahora Fitz-James Stuart). La adolescente quería salir en el cuché, pero con buen tino ni el padre ni la madre dieron su consentimiento.

Esta vez también quiso que fuera así la propia Isabel, que en otra ocasión metió la pata ofertando a Mencía para la portada de su revista de cabecera como si pertenecieran a la saga de los jesulines. Aquella vez se trataba de promocionar una hacienda en Buenos Aires donde vive la hermana Cecilia con su familia. Hubo un mosqueo monumental por parte del padre y sorpresa por parte de la rama Soto, que no entendían muy bien a santo de qué se colocaba a la niña en primer plano mediático con el consiguiente peligro.

Cruzar el río y pasar del anonimato a la fama, en plan de niña a mujer, como cantaba Julio Iglesias a Chabeli, es impredecible. Sólo hay que fijarse en los hijos de, que salvo excepciones se convierten en ninis (ni estudian, ni trabajan) que venden sus vidas al mejor postor. Isabel Sartorius vivió en su propia carne lo que significa ser personaje. Ser el amor de juventud del Príncipe (ese que nunca se olvida) la marcó para lo bueno y lo malo. Y por eso que ahora  mantenga a buen recaudo a su niña, que dicen es inteligente, discreta, muy madura y guapísima, es una buena decisión. Y ojalá Mencía cuando cumpla los dieciocho no caiga en la tentación de ser sólo chica de revista del colorín.

 

En el mundo de la prensa de sociedad se hacían apuestas de cómo y en qué circunstancias saldría Mencía en la exclusiva de la boda de su tío Luis Sartorius. La niña, de catorce años de edad, era un reclamo fantástico para un reportaje donde la protagonista no era la dulce novia, Bárbara Pérez Manzarbeitia, sino la propia Isabel. Y también la hija que tuvo con Javier Soto (ahora Fitz-James Stuart). La adolescente quería salir en el cuché, pero con buen tino ni el padre ni la madre dieron su consentimiento.