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La antena de televisión que unió a Polanco y Gallardón
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Paloma Barrientos

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La antena de televisión que unió a Polanco y Gallardón

El ministro de Justicia es como un búho. Dicen de Ruíz Gallardón que no necesita dormir más de cuatro horas y que si lo hace se

Foto: El ministro de Justicia Alberto Ruiz-Gallardón en una imagen de archivo (Gtres)
El ministro de Justicia Alberto Ruiz-Gallardón en una imagen de archivo (Gtres)

El ministro de Justicia es como un búho. Dicen de Ruíz Gallardón que no necesita dormir más de cuatro horas y que si lo hace se levanta de mal humor. Con lo cual en su entorno laboral prefieren que el ministro vaya a trabajar con las horas justas de sueño que no que se pase. En las ocasiones en que monta bronca por cualquier chorrada, ya saben en su círculo laboral que ha sido porque se ha echado una cabezadita de más. En su casa ya ni se inmutan. Es lo que tiene el poder, que fuera sí dominan y dentro ni caso. Y el ministro no iba a ser menos.

Los colaboradores están al corriente de sus debilidades y conocen que cuando hay campeonato de Formula 1 el carácter de su jefe es excelente. Y así ha sucedido el fin de semana pasado con la retransmisión desde Malasia. Durmió mucho menos porque se levantó de madrugada para ver los entrenamientos y después la carrera.

Esta liturgia la lleva haciendo desde el principio de los tiempos, cuando en los canales convencionales sólo se daba la información en los espacios de Deportes. Y aunque ahora las cadenas lo retransmiten en abierto, Gallardón prefiere asegurarse y sigue con su rutina de hace años. Compró una antena y la orientó de tal manera que podía ver en directo las evoluciones de los pilotos y sus coches cuando nadie lo podía hacer. Un privilegio que compartió con su todopoderoso amigo Jesús Polanco: les unía su afición por las carreras de Formula 1.

El ministro de Justicia es como un búho. Dicen de Ruíz Gallardón que no necesita dormir más de cuatro horas y que si lo hace se levanta de mal humor. Con lo cual en su entorno laboral prefieren que el ministro vaya a trabajar con las horas justas de sueño que no que se pase. En las ocasiones en que monta bronca por cualquier chorrada, ya saben en su círculo laboral que ha sido porque se ha echado una cabezadita de más. En su casa ya ni se inmutan. Es lo que tiene el poder, que fuera sí dominan y dentro ni caso. Y el ministro no iba a ser menos.

Alberto Ruiz-Gallardón