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Leonor y Sofía, las infantas invisibles
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Paloma Barrientos

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Leonor y Sofía, las infantas invisibles

El príncipe George será algún día rey, igual que se le supone a nuestra infanta primogénita, pero la diferencia es que a uno se le ve y a otra se la intuye

Foto: La última aparición pública de las infantas Leonor y Sofía en la misa de Pascua en Palma de Mallorca (Gtres)
La última aparición pública de las infantas Leonor y Sofía en la misa de Pascua en Palma de Mallorca (Gtres)

Las innumerables fotos, de todas formas y colores, del príncipe Jorge, el primogénito de los duques de Cambridge, en su primer oficial a Australia han dado la vuelta al mundo. Unas imágenes que suponen un valor añadido no sólo para la pareja sino también para la monarquía inglesa, que tanto sufrió con los golpes y contragolpes mediáticos a raíz de las infidelidades mutuas de Carlos y Diana, los abuelos del little prince.

El peto marinero del príncipe George (Gtres)Muchos de los estilismos que ha lucido el bebé se han agotado y las firmas elegidas por Catalina para vestir a su niño están más felices que perdices en tiempo de veda. Le han enviado cartas de agradecimiento porque la georgemania seguramente le ha solucionado el mes. El pantalón de peto con el barquito bordado se agotó en menos de 24 horas y los zapatitos más de lo mismo. El biznieto de la reina de Inglaterra será algún día rey, igual que se le supone a nuestra infanta primogénita, pero la diferencia es que a uno se le ve y se le muestra con normalidad, igual que sucedió con su padre, y a Leonor de España se la intuye. Cuando se les pregunta por esta opacidad, los papas responden que quieren que sus hijas tengan una infancia como las de cualquier niño. El problema es que no lo son y tampoco lo serán cuando crezcan.

¿Quién va con escoltas a clase? Nadie, salvo que se viva en un país de inseguridad manifiesta o se sea hijo de narcos. ¿Quién vive en un palacio a cuenta de los Presupuestos Generales del Estado? Nadie, salvo que papá vaya a ser Rey y el abuelo ya lo sea. Con estos mimbres las niñas siempre serán especiales, y más Leonor. Y cuanto antes se lo enseñen mejor que mejor.

Las futuras cabezas reinantes de su promoción –Elisabeth de Bélgica, Amalia de Holanda, Alexandra de Noruega y Estelle de Suecia– ya tienen ciertas obligaciones solidarias. Aparecen en solitario sin sus padres y forman parte de los cuadros familiares sin que por ello acaben siendo carne de Gandía Shore. El pueblo soberano las ve crecer y ellas aprenden que los privilegios y las obligaciones van de la mano y que incluso lo segundo debe superar a lo primero. El problema es cuando los ciudadanos dejan de tener referencia y da igual una Leonor que otra.

Las innumerables fotos, de todas formas y colores, del príncipe Jorge, el primogénito de los duques de Cambridge, en su primer oficial a Australia han dado la vuelta al mundo. Unas imágenes que suponen un valor añadido no sólo para la pareja sino también para la monarquía inglesa, que tanto sufrió con los golpes y contragolpes mediáticos a raíz de las infidelidades mutuas de Carlos y Diana, los abuelos del little prince.