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La frase del rey Juan Carlos que le acerca a Vargas Llosa y Carlos Falcó
Hace unos meses, el emérito bromeó acerca de lo bien que les estaba yendo a los octogenarios. Puso de ejemplo al escritor y al marqués de Griñón
El Rey emérito cumple ochenta años en perfecto estado de revista. Salvo el bastón que utiliza cuando tiene que hacer recorridos largos a pie, su estado físico es mucho mejor que hace unos años. Su última operación quirúrgica en el 2013 le dejó fuera de juego durante un tiempo. Una situación complicada que le agrió el carácter y que le hizo tener más de un desplante con la prensa acreditada en los actos institucionales.
De hecho, en una ocasión llegó a plantarse en plena audiencia en el Palacio de la Zarzuela y comentar con malos modos: "Lo que os gusta es matarme". Sorpresa e indignación por parte de los medios. Nunca se había visto tan enfadado al Rey. Ya era publica la presencia de la princesa Corinna en su vida. La aristócrata concedió en ese año la entrevista a la periodista Ana Romero donde explicaba su "amistad entrañable" con el titular de la corona. Por primera vez, las revistas de corazón le dedicaban portadas a ella y a doña Sofia como sufridora, eclipsando su destacable papel como Reina de España.
En medios como 'El Confidencial' se informaba en aquellos meses de los viajes públicos del Rey acompañado de ministro de jornada donde la presencia de la dama Corinna se justificaba como elemento de contacto entre países árabes y España. Todo ese malestar institucional con los medios desapareció cuando don Juan Carlos entendió que su tiempo era ya otro. Una vez que abdicó en su hijo y procesó su paso de Jefe del Estado a jubilado de lujo su vida cambio. Su agenda institucional se redujo y ya Zarzuela no tuvo que dar explicaciones de dónde se encontraba el que había sido la máxima autoridad de España. Fue entonces cuando don Juan Carlos abandonó su cargo en manos de don Felipe y pasó de Rey titular a emérito.
Desde ese momento su vida funcionó de otra manera y ya no era necesario presentar a la primera familia como familia unida. El verano pasado cambió su lugar de veraneo habitual y no acudió a Mallorca. No participó en la Copa de Vela ni tampoco en la recepción con la fuerzas vivas y la sociedad civil de la isla. Cambió la corte de Palma por los amigos deportistas de Sanxenxo, las amistades internacionales con mansiones en Los Hampton, Los Ángeles y centroeuropea y las giras gastronómicas y taurinas con la infanta Elena, Froilán y Victoria.
La duquesa de Lugo es la hija preferida y quizá la que más entendió el papel institucional desde que tuvo edad de comprender que como primogénita de la corona nunca ejercería como titular. De ahí que tampoco pidiera a su hermano un papel destacado como infanta de España cuando don Felipe decidió, por salud democrática, apartar del núcleo duro a la infanta Cristina y a Iñaki Urdangarin. La duquesa de Lugo pagó los platos rotos de las tropelías familiares. Para don Juan Carlos esa manera de actuar forma parte de los sacrificios que deben hacer las cabezas coronadas y sus descendientes. Cuentan los que conocen la historia de la abdicación que el Rey emérito hubiera preferido retrasar el traspaso hereditario.
Don Juan Carlos cumple 80 años en un ambiente familiar mucho más relajado que hace unos años. Mantiene el sentido del humor que había perdido con sus enfermedades y en una reunión informal en la primavera pasada llegó a reivindicar su edad, aunque aún no había cumplido las ocho décadas de vida: "Los octogenarios estamos de moda. Carlos Falcó se casa y Mario Vargas Llosa aparece con Isabel". En aquel momento todavía no se habían encontrado emocionalmente Isabel Sartorius y Alierta. El expresidente de Telefónica se unía a esta lista de hombres mayores.
Aseguran a Vanitatis que don Juan Carlos está contento por su aparente invisibilidad. Ha vuelto a retomar su relación con Marta Gayá, su amiga fiel y leal que nunca necesitó de sus influencias para medrar en sociedad. Instalada en su apartamento de Gstaad. donde comparte vida con españoles que también tienen casa en la elitista estación de esquí, recibe a los amigos de todo el mundo. Puede ser que don Juan Carlos acuda como ya hizo en otras ocasiones en estas fechas.
El Rey emérito cumple ochenta años en perfecto estado de revista. Salvo el bastón que utiliza cuando tiene que hacer recorridos largos a pie, su estado físico es mucho mejor que hace unos años. Su última operación quirúrgica en el 2013 le dejó fuera de juego durante un tiempo. Una situación complicada que le agrió el carácter y que le hizo tener más de un desplante con la prensa acreditada en los actos institucionales.