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Froilán I (primero), el vengador de la reina Sofía
¿Son genéticas las trifulcas de los Marichalar? ¿Desconocemos el lado más tierno y atento de Pipe?
El encontronazo de las reinas Letizia y Sofía en la catedral de Palma ha tenido sus efectos colaterales. Y no se trata del rapapolvo que seguramente recibió la princesa de Asturias por no seguir las indicaciones maternas de “fotos solo cuando mamá lo diga”, sino de Froilán. Un desencuentro en el AVE con los concejales de IU por los vídeos y memes de la abuela y la tía fueron el desencadenante de la furia del joven Marichalar.
No hay que olvidar que su tío Álvaro se fue hace un tiempo a la plaza de San Jaume en Barcelona donde había una concentración de independentistas y los mossos lo tuvieron que sacar de allí. Podría ser una cuestión de genes las trifulcas en las vidas de Froilán y su tío deportista porque Jaime, el padre, suele ser bastante tranquilo.
Según parece, el chico ya iba caliente cuando se subió al AVE. Acababa de visitar al Rey emérito. Del hospital se fue hasta Atocha para tomar el tren y en vez de quedarse en su asiento se fue al bar. Y esa decisión fue su perdición porque efectivamente le salió el punto vengador. Si la niña Leonor tuvo su momento manotazo con la abuela, el primo se enfrentó a los políticos republicanos. La versión Froilán es que no insultó.
Los ingeniosos memes sobre Letizia
Lo que hacían los políticos era comentar lo que llevaba haciendo España entera desde que se hizo público el vídeo. Es más, algunos miembros de la familia Borbón ajena al núcleo duro de Zarzuela se han intercambiado wasaps con los chascarrillos del rey Juan Carlos huyendo de su nuera, la reina Letizia. Y los amigos de Froilán también le han hecho envíos de algunos de los memes más ingeniosos.
Y el malestar previo del chico no era para defender a la tía Letizia, con la que se lleva lo justo (casi nada ), sino el honor de la abuela Sofía, de la que pensaba se estaban cachondeando. En este punto hay que destacar que la puesta en escena de las visitas reales a don Juan Carlos no fueron tales. Los únicos que estuvieron con el recién operado, además del rey Felipe, fueron la infanta Elena y sus hijos. Las niñas Leonor y Sofía y la madre Letizia estuvieron dentro del hospital, pero nunca en la habitación del emérito.
De las flores a la casera a los insultos
Por su historial de vida suele llevarse casi siempre la peor parte. Unas veces con razón y otras es ajeno a la polémica. Una de las historias más graves y que nunca existió fue cuando se ubicó a Froilán en el Parque de Atracciones de Madrid. Se dijo que había insultado a un asiático que se había colado llamándolo “puto chino”. La realidad fue que nunca sucedió tal cosa. Tampoco que se declarara "podemita" y menos que hubiera "tripitido" en un curso. Repitió una vez y por eso le enviaron interno a Sigüenza, donde coincidió con la que fue su novia Mar Torres. La chica era una experta en sacar palmeras de chocolate de la máquina del colegio de El Escorial “gratis total”.
De los primos Urdangarin no se habla y de su hermana Victoria, que como él no ha sido buena estudiante, tampoco. El follonero es Felipe, Pipe para los amigos y Froilán para los ciudadanos ajenos a su intimidad. La lupa la tiene encima y hay veces que provocarlo a la salida de una discoteca o en un centro comercial augura minuto de gloria para el hostigador. Lo que no se ve y no se cuenta es cuando Felipe es educado y compra flores a la dueña de la casa en la que ha estado invitado en Marbella. Tiene su vertiente solidaria, acude al mercadillo de la fundación Aladina, se fotografía con familiares de niños enfermos y entretiene a los más pequeños que han pasado la quimio. A lo mejor esta faceta también habría que destacarla.
El encontronazo de las reinas Letizia y Sofía en la catedral de Palma ha tenido sus efectos colaterales. Y no se trata del rapapolvo que seguramente recibió la princesa de Asturias por no seguir las indicaciones maternas de “fotos solo cuando mamá lo diga”, sino de Froilán. Un desencuentro en el AVE con los concejales de IU por los vídeos y memes de la abuela y la tía fueron el desencadenante de la furia del joven Marichalar.