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Sexo, mentiras y cintas de vídeo
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Gema López

Malas Lenguas

Por
Gema López

Sexo, mentiras y cintas de vídeo

A pesar de los pesares, y sabiendo que cualquier cosa que hagan o digan puede ser grabado y escuchado por los oídos morbosos de aquellos que

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Sexo, mentiras y cintas de vídeo

A pesar de los pesares, y sabiendo que cualquier cosa que hagan o digan puede ser grabado y escuchado por los oídos morbosos de aquellos que disfrutan devorando los actos más privados y las conversaciones más  erótico- festivas de algunos de los rostros más conocidos de nuestro país,  los hay que no aprenden.

Esta semana se conocía la existencia de un video protagonizado por Álvaro Muñoz Escassi cuyo contenido escandalizaría a más de uno por las habilidades que se gasta el jinete cuando ese cuerpo cuidado centímetro a centímetro, se excita. La cinta en cuestión recorrió las redacciones de diferentes medios, cuyos integrantes pudieron contemplar para beneplácito propio, porque aquello no se podía emitir, como le dada alegría a su cuerpo de Adonis curtido en el gimnasio con la única compañía de un ordenador.

Lo curioso del caso es que, al otro lado de la pantalla, se hallaba una señorita que elevaba las cotas de placer del jinete segundo a segundo, y que la moza en cuestión, ya había entrenado previamente en esto de las artes amatorias a distancia. Lo había hecho con otro personaje muy conocido en  el ruedo mediático. Desconozco si ambos caballeros eran conscientes de que compartían compañía virtual. Supongo que no. Lo llamativo es que confiasen sus deseos a una Afrodita del siglo XXI que podía grabar y divulgar, en las redes no controladas por el ámbito legal, las escenas más intimas de sus amantes en la distancia, a modo de Gran Hermano particular.

Hace años ocurrió algo similar con un reputado director. El encuentro del señor en cuestión con la damisela fue grabado y, trampa o no, las redacciones de los principales medios de  España observaron atónitas cómo se las gastaba el supuesto caballero en sus ratos de ocio.

Sabiendo lo que saben y conociendo cómo se mueven algunas de las mujeres con las que mantiene relaciones carnales o virtuales, no logro entender cómo depositan en sus manos o en otros lugares más recónditos, el secreto del placer oculto que es, sin duda, el mejor de los placeres.

Las huellas del crimen quedan plasmadas. En unas ocasiones, permanecen en cintas de video y en otras, en mensajes SMS, convirtiéndose estos últimos  en prueba irrefutable del escarceo amoroso de cara a una intervención en cualquier programa de televisión. Eso sí, evitando dar el nombre por aquello de la querella, pero dando pistas. De esta forma, más de uno se convierte en sospechoso, lo que provoca el quebradero de cabeza de alguna novia desconfiada que se pregunta: ¿Será él?

Reconocidos futbolistas, toreros, jinetes… No  hay ámbito que se resista a la tentación aun sabiendo el riesgo que entraña. Quizá es ahí  donde radica el verdadero placer que experimentan: en jugársela una y otra vez y exhibirse sin pudor ante amantes furtivas capaces de poner precio al deseo carnal.  

A pesar de los pesares, y sabiendo que cualquier cosa que hagan o digan puede ser grabado y escuchado por los oídos morbosos de aquellos que disfrutan devorando los actos más privados y las conversaciones más  erótico- festivas de algunos de los rostros más conocidos de nuestro país,  los hay que no aprenden.