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José Fernando, ¿tan culpable como su padre?
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Gema López

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Gema López

José Fernando, ¿tan culpable como su padre?

A los pocos conocedores en materia de leyes al final sólo nos queda entender de números, es decir, saber cuánto tiempo pasará en la cárcel un imputado

Foto: Salida de José Fernando de la cárcel de Sevilla (I. C)
Salida de José Fernando de la cárcel de Sevilla (I. C)

A los pocos conocedores en materia de leyes al final sólo nos queda entender de números, es decir,saber cuánto tiempo pasará en la cárcel un imputado cumpliendo su pena. Lo demás, son vericuetos legales aptos para los más entendidos en los que son posibles: pactos, atenuantes, colaboraciones con la justicia, peticiones de perdón y un sinfín de recursos cuyo fin es evitar el talego.

Todas estas circunstancias conducen a situaciones que para el colectivo global son un tanto paradójicas, como en el caso de José Ortega Cano y su díscolo hijo José Fernando.

Si el diestro, después de mucho intento por evitarlo, se enfrenta con una sentencia de dos años, seis meses y un día, tras ser declarado culpable de tres delitos: homicidio imprudente, conducción temeraria y conducción bajo los efectos del alcohol, su hijo espera en libertad, desde la noche del viernes, a que la jueza dicte sentencia, después de que la Fiscalía de Sevilla haya rebajado su petición de condena y solicite para el vástago de Rocío Jurado dos años y medio por un delito de robo violento y seis meses por un delito de daños. Es decir, si la jueza atiende a la petición fiscal y dicta sentencia en esa línea, el hijo tendría que hacer frente a una pena superior a la de su padre.

Curioso resultado para dos casos tan diferentes. De momento,José Fernando ya ha pasado cuatro meses en prisión, por unos delitos que en otros casos se saldan con menor pena y su padre continúa tirando de recurso legal, indulto incluido, para evitar los barrotes.

Además, en caso del hijo del diestro se ha levantado una alarma que hace creer a la mayoría de los mortales que quien más tiene, menos paga, o lo que es lo mismo, la posibilidad de extraños pactos más allá de los que permite la ley y que hacen cambiar de manera radical la petición de la acusación particular. Si tras la detención de José Fernando, el abogado de la víctima se salía de madre, con unas declaraciones en las que prácticamente pedía la cadena perpetua para el chaval y solicitaba ocho años de cárcel para el hijo de Ortega Cano, varias reuniones y un resarcimiento del daño le han servido para rebajar la pena a veinticuatro meses.

Una reflexión que se deberían hacer muchos, incluido el propio padre, quien a estas alturas no ha sido capaz de pedir perdón y que, en una actitud poco entendible, se ha escondido en su torre de marfil, mientras su hijo era juzgado y abandonaba la prisión de Sevilla I, posiblemente la misma en la que tenga que ingresar él, eso sí, por unos delitos mucho más graves.

A los pocos conocedores en materia de leyes al final sólo nos queda entender de números, es decir,saber cuánto tiempo pasará en la cárcel un imputado cumpliendo su pena. Lo demás, son vericuetos legales aptos para los más entendidos en los que son posibles: pactos, atenuantes, colaboraciones con la justicia, peticiones de perdón y un sinfín de recursos cuyo fin es evitar el talego.

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