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Felipe VI, tengo una pregunta para usted
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Gema López

Malas Lenguas

Por
Gema López

Felipe VI, tengo una pregunta para usted

Ahora que todos hemos asimilado aquello de una monarquía moderna y, a golpe de sorpresa, proclamamos al nuevo rey, ha llegado la hora de pasar de

Foto: Los príncipes de Asturias, en una imagen reciente
Los príncipes de Asturias, en una imagen reciente

Ahora que todos hemos asimilado aquello de una monarquía moderna y, a golpe de sorpresa, proclamamos al nuevo rey, ha llegado la hora de pasar de la teoría a la práctica. En la era en la que Casa Real decide adentrarse en las redes sociales y los medios de comunicación no paran de repetir el eslogan de que tenemos al príncipe más preparado de la historia, no estaría mal que siguiendo los pasos del Papa Francisco, Felipe VI conceda una entrevista en profundidad, sin cortapisas y a pecho descubierto.

No una segunda parte de aquel intento rancio y cortesano que protagonizó el gran Jesús Hermida, en la que ha sido la peor entrevista del maestro del periodismo a lo largo de su dilatada carrera y en la que lanzaba manida preguntas al rey de España, sino algo mucho abierto como aquel formato realizado por TVE, en el que el pueblo moderado por Lorenzo Mila tenía preguntas para los grandes tótems del poder. El pueblo soberano habla, el pueblo soberano pregunta y el soberano del pueblo responde.

Si el Santo Pontífice ha sido capaz de romper con las regias normas y acercarse no solo a sus fieles, sino a todos aquellos que intentan conocer al hombre que mueve los resortes de la poderosa Iglesia, ¿por qué no puede hacer lo mismo un rey con su pueblo, entre los que hay devotos y ateos? Si el Santo Papa ha sido capaz de dar su opinión sobre cuestiones tan espinosas como la secesión de Cataluña, a pesar de los kilómetros que le separan del problema, ¿como no lo va hacer el monarca, siendo precisamente él quien va a tener que lidiar con ese conflicto desde el mismo día de su proclamación?

Felipe VI cuenta, además, con la ventaja de tener en su equipo a una periodista que dejó de serlo para convertirse en su esposa e igualar la monarquía por abajo. ¡Cualquier partido querría tener en su gabinete de comunicación a una mujer como ella!. Sería una oportunidad única para demostrar que el matrimonio está pegado a la calle y que no hay miedo de enfrentarse a las cuestiones que ponen en duda la necesidad de continuar con una monarquía.

El estatuto de la corona, ley de transparencia, la necesidad de reformar la Constitución o el privilegio de la inviolabilidad del Rey, serían algunos de los planteamientos a los que Felipe VI debería responder en un espacio mucho más directo y menos protocolario que cualquier acto institucional, donde lo único que brilla es el vestido de Letizia.

Den rienda suelta a su imaginación y pregunten a Felipe VI.

Ahora que todos hemos asimilado aquello de una monarquía moderna y, a golpe de sorpresa, proclamamos al nuevo rey, ha llegado la hora de pasar de la teoría a la práctica. En la era en la que Casa Real decide adentrarse en las redes sociales y los medios de comunicación no paran de repetir el eslogan de que tenemos al príncipe más preparado de la historia, no estaría mal que siguiendo los pasos del Papa Francisco, Felipe VI conceda una entrevista en profundidad, sin cortapisas y a pecho descubierto.

Papa Francisco Príncipes de Asturias