Carta de desamor a Patricia Conde

Querida Patricia:

 

Te escribo desde el más profundo dolor, un dolor que es casi indignación. Es rabia. Ese tipo de rabia arrebatada que impregna los poemas de desamor de Antonioni. Aventura, Noche, Eclipse…

Comprenderás que, después de haberte dedicado mis mejores versos, de haberte convertido en mi musa angelical, la única representante del cátodo que ha salido viva de esta malhumorada y poco recomendable Carta de ajuste que yo escribo, me clave ahora puñales en el pecho, cual virgen de las Angustias, tras ver tu encuentro furtivo y desmitificador con Jorge Javier Vázquez. Parafraseando a Gael García Bernal en La mala educación de Almodóvar: “Por mi culpa, por mi culpa, por TU grandísima culpa”.

Te encuentras de frente con el mayor pornógrafo televisivo de la muy boyante televisión patria -esa que tanto criticas en Sé lo que hicisteis- e inmediatamente te bajas las faldas hasta la pantorrilla. Mi más sincera felicitación por tu evidente demostración de reflejos. Es del todo loable. Y extiendo esa felicitación también a Jorge Javier, insigne Premio Ondas, por haberte dado una master class de improvisación y procacidad que deberías visionarte un par de veces antes de volver a salir a la calle sin un guión de urgencia en tu bolso de Dior. Al César lo que es del César, por muy capullo que sea.

Lamento tu finísima educación de dama hitchcockiana en este encuentro, tus ademanes de gran señora, tu pretensión de salvaguardar las formas que te permiten ser la imagen de El Corte Inglés. Que te aproveche. Pero tu actitud –quizá más, tu carencia de aptitudes- ha puesto al descubierto la absoluta futilidad e impostura de esa ración diaria de moralina que nos vendéis en vuestro cada vez más revenido espacio de scketches. Te has puesto, ahora más que nunca, el fariseísmo por montera para bailarle el agua a Mermelada, que es como habéis rebautizado vosotros mismos a Jorgeja. Tras ver esto, no puedo evitar pensar, querida Patri, que acabareis todas las caras visibles de Sé lo que hicisteis colaborando en el programa de Ana Rosa Quintana. Palabra de Nostradamus.

Una vez escribí: “De todas las rubias tontas que conozco, dejando de lado a Tippi Hedren, Patricia Conde es la que mejor me cae. No sé a ciencia cierta si es tonta o se lo hace. Tampoco sé si es rubia natural o 'de bote', porque aún no la he visto desnuda. Sin embargo me divierte. Es más, me parece lo mejor de Sé lo que hicisteis”. Ya lo dijo el sabio: en esta vida es mejor no hablar nunca bien de nadie. Sobre todo, si lleva peróxido en la cabeza. Por eso, querida Patri, será mejor que nunca te vuelvas a salir de las líneas que Hitchcock escribe para ti. Es un consejo de Tippi Hedren -patrocinado por Farmatin-.

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