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¡Mira quién hace el ridículo!
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Nacho Gay

Carta de Ajuste

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¡Mira quién hace el ridículo!

Aquellos que ayer tuvimos el placer y el honor –bienaventurados los ‘antenizados’- de conectar con la señal bananera de Telecinco a eso de las once o’clock,

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¡Mira quién hace el ridículo!

Aquellos que ayer tuvimos el placer y el honor –bienaventurados los ‘antenizados’- de conectar con la señal bananera de Telecinco a eso de las once o’clock, pudimos asistir a un momento histórico en el medio, tanto o más que la borrachera de Fernando Arrabal en el programa de Sánchez Dragó. ¿Recuerdan? “El milenarismo va a llegar”, amenazaba el escritor entregado impúdicamente al dulce abrazo de Baco.

Pues bien, si el milenarismo era el principio del fin de los tiempos, o algo así, entonces ha debido llegar. Llegó anoche, concretamente, a las once o’clock. El baile de Belén Esteban en ¡Mira Quién Baila! debe ser sin duda el signo premonitorio de que algo muy malito debe estar a punto de pasarnos. Allí estaba ella, la princesa recauchutada, Mister Potato versión 2.0, intentando seguirle el ritmo a un maromo del programa que bailaba Broadway.

Ella también, pero el “brobai” de extrarradio, que es el mismo pero anclado en el intento de mímesis con una gallina en celo. Tiene menos ritmo esta señora que un teleñeco, menos coordinación que un pulpo disléxico. Pero eso da igual. Mejor, pensarán en Telecinco. El cambio de cadena es en realidad un cambio de formato. Si antes, cuando el reality se emitía en TVE, el objetivo era confeccionar una verbena buenrollista para disfrute y jolgorio de los habitantes de la residencia Miraflores y aledaños, ahora el programa entra de lleno en la dinámica sinérgica de Telecinco, con lo que todo chascarrillo será explotado hasta la extenuación.

Tiene todo esto un lado bueno: los españoles ya no financiamos semejante bodrio insustancial y soporífero; el mismo que llenó de manera indecente los bolsillos de gente que lleva chupando toda la vida del mismo frasco, como la nietísima aquella del dictador aquel. Y tiene también todo esto un lado malo, ya que Telecinco le ha montado otro chiringuito -el enésimo- al señor Jorge Javier Vázquez ‘tengo un Ondas’ en el late nightBáilame Deluxe-, para sacar punta al lapicero de la Esteban, que está más exprimida la pobre que el pecho izquierdo de la madre de La gran familia. Es indecente lo que están haciendo con esta mujer en esta cadena.

Baila junto a la Esteban, morbo que te quiero morbo, su ex cuñado Víctor Janeiro, que en un alarde de genialidad involuntaria provocó ayer el nacimiento de dos nuevas modalidades de baile: la zamba y la zalza. También forma parte de este insigne cuerpo de baile la señora Carmen Lomana, tan pija ella, tan mona, que antes de ponerse un chándal y bailar un hit hot se torcería aposta un tobillo. Por eso la llevan, claro, para crear contraste, conflicto, chascarrillo, reality.  

Todo presentado por el gran fichaje del año, una Pilar Rubio mimetizada hasta el tuétano con Leticia Sabater en Con mucha marcha. “Maravilloso”, “guay”, “genial”, “fantástico”. Quién te ha visto y quién te ve, querida Pilar. Maldito parné.

NOTA AUDIENCIAS: El estreno de ¡Mira quién baila! se impuso ayer con un 21,2%, por delante de La última guardia, que se hizo en Antena 3 con un meritorio 16,2%.

Aquellos que ayer tuvimos el placer y el honor –bienaventurados los ‘antenizados’- de conectar con la señal bananera de Telecinco a eso de las once o’clock, pudimos asistir a un momento histórico en el medio, tanto o más que la borrachera de Fernando Arrabal en el programa de Sánchez Dragó. ¿Recuerdan? “El milenarismo va a llegar”, amenazaba el escritor entregado impúdicamente al dulce abrazo de Baco.

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