La letra pequeña de un pacto con el diablo... italiano

No estaba dispuesta la dirección de Telecinco a que la voz del Carrusel lavase la ropa en otro sitio que no fuera el prime time de la cadena. No sabe dónde se ha metido Paco González. Telecinco, un reality 24 horas al día, 365 días al año. Y todos sus miembros y miembras, independientemente de su profesión, catadura o talento, están obligados por contrato -tácita letra pequeña del pacto con el diablo... italiano- a participar en el bucle infinito del morbo.

Con la intención de rentabilizar la inversión del Mundial y alimentar la polémica, sentó La Noria el pasado sábado en una de sus oxidadas cabinas al desterrado Paco, junto a sus compañeros Sara Carbonero y J.J. Santos, al que invitaron por pura cortesía. Santos no interesaba, porque no tiene discurso más allá del fútbol. Y en La Noria de fútbol no se iba a hablar, eso era predecible.

La lista de entrevistadores no dejaba lugar a la duda. Pepe Calabuig, un tipo con ademanes aristocráticos, pero alma de maruja; Marta López, ex de Gran Hermano; Mila Ximénez, cuya única conexión con el deporte es haber dado un braguetazo con Manolo Santana; Y Cristina Tárrega, que hablaba en condición de experta, como esposa de ex futbolista que es.

Tertulia de patio de vecinas cimentada en preguntas de chichinabo de esas en las que Jordi González se mueve como pez en el agua. Su objetivo, que Paco largara lo que no había largado todavía. “Que no responda si no quiere, pero a mí me gustaría que aclarase aquí la polémica con la Ser”, decía el revenido pornógrafo en busca de titular.

No hubo suerte. Paco, que dado su grado de incomodidad parecía sentado sobre brasas en lugar de escay, salió del paso como pudo: “Discrepancias con la dirección. Una discusión final en la que no hubo insultos. Si hubo tacos, pero no insultos. Si yo soy alguien en este mundo del periodismo deportivo es gracias a la cadena Ser, porque he estado veinticuatro años allí. Así que no voy a decir nada contra ellos. Yo creo que en la vida hay que ser agradecido”.

Como la cosa no fraguaba, probaron con Sara Carbonero. Atención, pregunta con trampa del señor Calabuig: “Sara, tu jugaste de defensa cuando eras adolescente: ¿Una buena ‘defensa’ es el mejor aliado de un portero?” Periodismo de altos y metafóricos vuelos, sí señor. Otros fueron más directos: “Sara, ¿crees que podrías desestabilizar a la Selección Española en el Mundial?”. La cara de la chica era un poema gongorino. Pero que cada palo aguante su vela.

Nota Audiencias: Fracaso contundente de La Noria el sábado: 14.3%.

Más en http://twitter.com/NachoGay