Carta de Ajuste
Por
De camino al ocaso, con el rabo entre las piernas
Ser o no ser, ya lo decía Shakespeare. O estás o no estás. Y ahí está, sin estar del todo, Javier Sardá, reconvertido por voluntad propia
No estaría de más que el entrenador del Madrid, al que tampoco le hacen falta los cuartos, le ganase unos cuantos duros a este señor en los juzgados y fundase con ellos de manera altruista una asociación de víctimas del susodicho. Pero es seguro que, mientras tanto, Sardá, en su impulso por mimetizarse con Norma Desmond, seguirá pidiéndole a su Joe Gilis particular que siga escribiendo para él un libreto lleno de monólogos disparatados que le acerquen de nuevo a la gloria. Pero Wilder filmó hace mucho tiempo el final de esta historia. Siempre es el mismo. Y lo mejor es resignarse.
No estaría de más que el entrenador del Madrid, al que tampoco le hacen falta los cuartos, le ganase unos cuantos duros a este señor en los juzgados y fundase con ellos de manera altruista una asociación de víctimas del susodicho. Pero es seguro que, mientras tanto, Sardá, en su impulso por mimetizarse con Norma Desmond, seguirá pidiéndole a su Joe Gilis particular que siga escribiendo para él un libreto lleno de monólogos disparatados que le acerquen de nuevo a la gloria. Pero Wilder filmó hace mucho tiempo el final de esta historia. Siempre es el mismo. Y lo mejor es resignarse.